Las liturgias de cada uno de los seis aspirantes delatan sus intenciones

ramón gorriarán MADRID / COLPISA

ESPAÑA

CHEMA MOYA | EFE

Margallo anunció su candidatura en televisión y los menos conocidos recurrieron a la prensa o a Twitter

20 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los seis aspirantes a liderar del PP han presentado sus candidaturas con liturgias muy diferentes. Dolores de Cospedal se rodeó de la plana mayor del partido en su territorio; Soraya Sáenz de Santamaría optó por el simbolismo y lo anunció delante del Congreso; Pablo Casado escogió como escenario la sede nacional del PP; José Manuel García Margallo lo despachó con unas declaraciones en televisión; José Ramón García Hernández y José Luis Bayo hicieron lo que pudieron para sacar la cabeza.

Se ha notado mucho que era la primera vez que el PP celebra primarias de ámbito nacional para elegir a su líder. No había experiencia y la improvisación brilló. El acto más ortodoxo y con más aroma electoral fue el de la secretaria general, que reunió en Toledo a la dirección del partido en Castilla-La Mancha. «Quiero ser la primera mujer que presida el PP y el Gobierno de España», fue su declaración de intenciones. «Estoy preparada», sentenció para alborozo de los suyos. Y se le quebró la voz al hacer el relato de su trayectoria en el PP, con especial énfasis en que había sido la primera mujer secretaria general de un partido en España. No reparó en que Dolores Ibarruri, la Pasionaria, fue la primera en el PCE durante casi dos décadas.

Sáenz de Santamaría anunció por Twitter su candidatura y convocó a los medios en la puerta de los Leones del Congreso. Un lugar elegido a conciencia porque no acredita trienios en el PP y las Cortes han sido su escaparate en los últimos 14 años, primero como portavoz de la oposición y después como vicepresidenta del Gobierno. Se presentó como «una militante más», algo que no había hecho en los siete años en la Moncloa, tiempo en el que ha rehuido los temas partidarios aún en los momentos más difíciles para el PP. Nunca echó una mano. 

Pelea a florete

«Libertad, familia y España» fue la tarjeta de presentación de Pablo Casado, que también recurrió a Twitter para anunciarse. El vicesecretario de Comunicación optó por la fachada del edificio de la calle Génova 13 de Madrid para lanzarse a la carrera. Un escenario también medido porque el partido ha sido su medio de los últimos tres años y en el que se ha dado a conocer. Ha sido, según sus palabras, el que «bajaba a dar las ruedas de prensa» cuando la corrupción quemaba.

El exministro de Exteriores despachó su candidatura en declaraciones a medios de comunicación. Ni actos de partido ni redes. García Margallo se reconoce de la vieja escuela y tiene como objetivo impedir que gane la exvicepresidenta, a la que profesa una vieja inquina porque le atribuye su salida del Gobierno. Pero es una rivalidad que quiere vestir con elegancia para que «la pelea sea a florete, no con hachazos ni veneno o golpes subecuatoriales». Cree en sus posibilidades porque las primarias no son «un concurso de belleza sino de ideas» y confía en que a la hora de votar «los feligreses no sigan al obispo».

Las dos caras menos conocidas de la contienda, el diputado José Ramón García Hernández y el expresidente de Nuevas Generaciones en la Comunidad Valenciana, José Luis Bayo, se presentan como los candidatos de los afiliados. García Hernández lo hizo a través de Twitter y aboga por recuperar la «centralidad» del PP. Bayo es el único que ha presentado en la calle Génova los avales (350 y se exigían cien), y se define como el rostro de la regeneración «sin mochilas» y con «las manos limpias».

Rajoy se incorpora hoy a su plaza de registrador en Santa Pola

El expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, que el pasado día 15 renunció a su escaño en el Congreso, y ayer viajó en AVE a Alicante, se incorporará a las nueve de la mañana de hoy al despacho donde tiene plaza como registrador de la propiedad en Santa Pola.

Según su sustituto durante los últimos 28 años, Francisco Riquelme, «mañana tiene que estar trabajando aquí, con normalidad». «Hoy ha tomado posesión con arreglo a la ley, y ha conocido al personal», un total de siete empleados, a los que ha saludado uno por uno.

Riquelme, que es amigo personal del expresidente, ha explicado que Rajoy ha dicho a sus nuevos colaboradores que está «encantado» de conocerles.

El partido promoverá un debate entre los candidatos

El PP promoverá un debate entre los aspirantes que compiten por suceder a Mariano Rajoy al frente de la formación una vez que sean proclamados candidatos, según fuentes del comité organizador que se encargará de velar por un proceso «limpio y transparente» ante el congreso extraordinario de julio.

Las mismas fuentes han explicado que en el PP ya trabajan con esa previsión de que habrá un debate, aunque han reconocido que hay que hablar con los candidatos para ver si lo aceptan. Por lo pronto, hay que seguir el calendario marcado, que fija las 14.00 horas de hoy como plazo límite para presentar candidaturas. Será el viernes 22 de junio cuando serán proclamados formalmente los precandidatos que aspiran a presidir el PP y, a partir de ese momento, el comité organizador contactará con ellos para conocer su criterios. Pero ya son conocidos: Pablo Casado admitió ayer que él estaría «encantado»; José Ramón García-Hernández se ha mostrado a favor, Sáenz de Santamaría ha dicho que a ella no le ha «importado nunca debatir»; Manuel García-Margallo ha defendido la importancia de debatir sobre el proyecto de cada candidato y sobre ideas, y Cospedal no se ha pronunciado.

El Pacto de Toledo, pendiente de que el PP tenga líder

Los grupos aceptan posponer la discusión hasta que el nuevo dirigente popular fije la posición del partido

l. p.

Freno, aunque no marcha atrás, en la reforma de las pensiones, pese a que las últimas semanas se atisbaba un acercamiento en las posiciones de los grupos parlamentarios. La reunión celebrada ayer por la comisión del Pacto de Toledo terminó sin avances y no los habrá, por lo menos, a un mes vista. El optimismo en torno a alcanzar un acuerdo sobre un nuevo índice de revalorización de estas prestaciones parece ahora haberse desinflado. Hubo incluso quien como la presidenta de la comisión, la diputada del PP Celia Villalobos, habló de votar ya esta semana la recomendación segunda, la del mantenimiento del poder adquisitivo de los pensionistas. Pero ningún partido ha cedido respecto a qué hacer en momentos de crisis. Esto es, pese a que hay consenso en volver a ligar la subida de las pensiones al índice de precios de consumo (IPC) con carácter generalizado, la situación encalla en qué hacer cuando se atraviese una recesión. Y hay dos bandos: PP, C’s, PNV y PDECat defienden que en tiempos de crisis solo se blinden las pensiones más bajas y se revaloricen cada año en función de la inflación. Para ello abogan por introducir otros elementos, además del IPC, como pueden ser la evolución de los salarios y/o el PIB.

Esta «excepcionalidad» la descartan PSOE, Podemos, Compromís y Esquerra, que quieren que la nueva fórmula de revalorización se respete siempre, de forma que se garantice a los pensionistas que no perderán poder adquisitivo.

«Nos va a costar llegar a un pacto», admitió con tristeza la portavoz del PSOE en esta comisión, Mercè Perea, que una vez más reiteró que su partido «no tolerará» que se discrimine a los pensionistas. « De cualquier forma, esta discusión no volverá a tocarse hasta finales de julio por lo menos. La razón es la lucha que se abre en el PP para el nombramiento de un nuevo líder. Los seis candidatos que hay pueden tener seis posiciones distintas. Por eso su grupo parlamentario pidió ayer aplazar el debate sobre cómo deben revalorizarse las pensiones hasta que tengan nuevo líder y líneas claras de actuación. Lo propuso Villalobos y lo aceptaron las formaciones. «En mi partido también tendremos que elegir al que debe mandar y a partir de ahí pueden producirse cambios de posiciones o en las propias portavocías», se justificó el representante popular, Gerardo Camps.