La oficialidad de la lengua divide Asturias

Luis Ordóñez
luis ordóñez OVIEDO / LA VOZ DE ASTURIAS

ESPAÑA

Manifestación celebrada el pasado abril en Oviedo para reivindicar la oficialidad del bable
Manifestación celebrada el pasado abril en Oviedo para reivindicar la oficialidad del bable EFE | A. MORANTE

El cambio de postura del PSOE a un año de las elecciones autonómicas reabre el debate social y político sobre el cambio de estatus del asturiano, al que se opone la derecha

12 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El asturiano, o bable, es un dialecto del latín. Como el castellano, el francés, el gallego o el catalán. Es la lengua de los antiguos reinos de Asturias y León y en el ámbito científico de la filología no hay ningún debate sobre esta consideración. Otra cuestión distinta es el tratamiento que una lengua tiene en la ley, si cuenta con un reconocimiento de oficialidad, lo que esencialmente significa que se enseña de forma reglada en la escuela y también que se reconoce el derecho de sus hablantes a dirigirse a la Administración y recibir su respuesta en el mismo idioma. La oficialidad del asturiano, una reivindicación que se ha prolongado durante décadas, que no llegó a cuajar en lo que va de restauración democrática aunque se encuentra ya en las primeras manifestaciones en las que desde Asturias se reclamaba amnistía y libertad, aparece ahora más cercana que nunca.

¿Por qué? El giro decisivo en el ámbito político tuvo lugar el pasado mes de octubre, durante la celebración del congreso de la Federación Socialista Asturiana (FSA) que consagraba la victoria en primarias del sanchista Adrián Barbón después de la larga etapa de Javier Fernández (16 años) como secretario general de la organización. En el cónclave se aprobó la enmienda que promovía impulsar la oficialidad del asturiano en una próxima reforma del Estatuto de Autonomía y contó con un apoyo mayoritario en su comisión, del 52 % de los votos. La propuesta llegó de la mano de una plataforma de militantes transversal, es decir, con partidarios de Barbón y del otro candidato, José María Pérez, y contó con el respaldo de numerosas agrupaciones locales. Esto supuso un cambio histórico en la postura del socialismo asturiano, una federación muy jacobina, y también, y ante todo, porque abría la expectativa cierta de que sus votos, sumados a los de Izquierda Unida y Podemos, y quizá Foro, contando la representación con que cuentan en la actualidad, sumaran la mayoría necesaria para aprobarla en la próxima legislatura.

En la actual las posibilidades son nulas. El Gobierno de Javier Fernández, que personalmente y en público se ha mostrado en contra de la oficialidad, ha reiterado que no dará en el año que resta hasta los comicios del 2019 ningún paso en esa dirección; y que se ceñirá al programa electoral con el que ganó las elecciones. Barbón se comprometió a incluirla en el próximo programa y también a buscar un modelo de oficialidad «amable», con el mayor consenso posible y sin imposiciones.

La influencia del «procés»

Pero la cuestión del asturiano y la posibilidad de que cuaje en el Parlamento llegó también en un momento en el que debate nacional está intensamente marcado por el procés soberanista catalán y quienes se oponen con más virulencia a la oficialidad han tratado de ligar ambos elementos. Lo hace con fuerza el PP asturiano, que ve en el reconocimiento de la lengua el primer paso para el desarrollo de un posible independentismo. Desde Ciudadanos se considera suficiente la actual Ley de Uso y se apuesta por desarrollarla en su totalidad, pero sin hacer oficial el asturiano. Foro, el partido fundado por Francisco Álvarez Cascos, ha mantenido una postura ambigua que ha variado a lo largo del tiempo. En su programa recoge que apoyaría la oficialidad de llegarse a un consenso mayoritario en la Junta General, pero a medida que se ha prolongado el debate sus diputados se han mostrado reacios y su fundador lo consideró «inimaginable».

En las dos manifestaciones más recientes celebradas en Oviedo para reclamar la oficialidad, las más numerosas que se recuerdan desde el inicio de la democracia, sus convocantes exigieron dar pasos ya en esta legislatura para afianzar la reforma en la próxima. Pero lo que está claro es que la oficialidad del asturiano se dirimirá de forma definitiva en las autonómicas del 2019.

Cuatro momentos clave para el idioma del Principado

Fue Jovellanos (1744-1811), miembro de la Real Academia de la Lengua, el primero en reclamar el estudio académico del asturiano. Tras años de debate, en el último curso se probó como lengua vehicular en la enseñanza.

FUERU D'AVILÉS

El documento más antiguo. Se considera el documento más antiguo del que se tiene constancia en lengua asturiana al Fueru d’Avilés, escrito en el siglo XII. Pero no fue hasta la Ilustración cuando Jovellanos plantea que se estudie de forma académica y promueva junto a su hermana el primer diccionario de «la llingua viva del nuesu pueblu».

OFICIALIDAD

Reivindicación formal. La reivindicación formal de la oficialidad del asturiano cuaja a finales del siglo XX. «Bable nes escueles» era el lema de la pancarta de la primera manifestación, celebrada en 1974, que reclamó también libertades políticas y que fue convocada aún en pleno régimen por el movimiento cultural Conceyu Bable.

LA ACADEMIA

Promoción. La Academia de la Llingua Asturiana (ALLA) se constituyó en 1980 y sus estatutos fueron aprobados al año siguiente con el objetivo de promover «la investigación y normalización gramatical del asturiano».

ASIGNATURA ESCOLAR

Optativa en 1984. Un paso fundamental fue el inicio de la implantación de la asignatura de lengua asturiana, como optativa, en 1984. En la actualidad, más del 50 % de los alumnos de primaria la escogen y por primera vez en el curso 17/18 se usó como lengua vehicular en seis colegios (elegidos de forma voluntaria por padres y los propios centros) para las clases de Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Educación Artística o Educación Física.

La «llingua» se ha mantenido viva con una creciente producción cultural

l. o.

En su primer discurso como presidente de la ALLA en el Día de les Lletres Asturianes, en el teatro Campoamor de Oviedo, Xosé Antón González Riaño pidió al público del auditorio que aplaudiera en pie la celebración de la cultura asturiana. No fue un gesto baladí, meses atrás en el mismo escenario un grupo de asistentes a la representación de una ópera había silbado la alocución en asturiano (que dio además de en castellano y en inglés) antes de que se alzara el telón.

Momentos antes de las palabras de González Riaño había concluido una manifestación masiva para exigir la oficialidad, que concluyó a las puertas del teatro y que era la segunda, en apenas 15 días, que había reunido a un relevante número de participantes. Las únicas encuestas realizadas sobre la apreciación social del asturiano son las realizadas por el profesor Francisco Llera Ramo, director del Euskobarómetro, y que en sus sucesivas ediciones revelan un apoyo mayoritario a la oficialidad, una alta valoración de su enseñanza, pero también que no se considera una cuestión prioritaria en el debate político.

Para el director de la ALLA, en la consolidación del aprecio al asturiano han pesado ante todo tres factores a lo largo de los últimos 40 años. Primero, la educación, con una generación ya adulta que vio como algo normal su enseñanza en la escuela, pero también «no puedo olvidar a la música, el folk, que sería impensable hacerlo sin que fuera en asturiano; y el rock, con grupos como Dixebra o Skama la Rede, fue un elemento de conexión con sectores juveniles al que doy una capacidad enorme».

Y también, como es lógico, la literatura. La producción de prosa y poesía se ha mantenido y crecido durante décadas hasta fraguar una calidad reconocida. «El hecho de que literatura escrita en asturiano haya sido traducida al castellano y otras lenguas ha jugado un papel en su dignificación y visualización de primer orden».

Otro elemento es la esforzada comunidad de usuarios de Internet en asturiano y que está ahí casi desde el primer día de la expansión de la Red. No solo lo usan de forma diaria sino que trabajan constantemente en la traducción de textos y sistemas operativos.