La extradición de Puigdemont, una decisión sin plazo y de enorme trascendencia

T. N. REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Juanjo Galán | Efe

La propuesta de la Fiscalía no prejuzga la resolución del Tribunal de Schlewig-Holstein

04 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La petición de la Fiscalía alemana es solo el primer paso de un proceso para el que no hay un plazo fijo establecido, aunque la recomendación reglamentaria es que se resuelva en un período de 60 días, ampliable a 90 en casos excepcionales. Si bien el plazo medio de resolución de las órdenes de entrega es de 48 días, las peculiaridades del caso de Puigdemont hacen prever que se prolongue algo más.

La portavoz del Tribunal Superior de Schleswig-Holstein dejó entrever que la resolución podría conocerse esta misma semana, pero también advirtió que «no existe un plazo». Además, contra la decisión que adopte, cabe un recurso de cualquiera de las partes. En última instancia, Puigdemont podría llegar incluso en amparo ante el Tribunal Supremo o el Tribunal Constitucional, pero para ello debería alegar violación de derechos fundamentales a lo largo del proceso. Aunque no parece nada probable que se dé tal circunstancia, por mucho que el equipo legal del expresidente catalán intentara, llegado el caso, recurrir a esta vía para retrasar su entrega a España, en el supuesto de que el tribunal regional así lo acordara.

Además, según los expertos, un recurso de este tipo es probable que no paralizara una eventual entrega de Puigdemont a España. Aunque la petición de la Fiscalía fue recibida con alivio y una cierta satisfacción en el Supremo español, no prejuzga cuál sea la respuesta definitiva del tribunal alemán. Por contra, la defensa de Puigdemont trató de restarle valor con el argumento de que en realidad la Fiscalía se limita a ejercer de representante de España ante el tribunal y, por lo tanto, solo reproduce la argumentación de la orden de detención y entrega. Pero lo cierto es que el primer cometido del ministerio público es examinar la petición española para verificar que contiene indicios de delito suficientes para cursarla y someterla al tribunal.

No obstante, el tribunal no tiene por qué asumir la argumentación de la Fiscalía. Puede aceptar su petición, rechazarla, o incluso adoptar una posición intermedia, como autorizar la entrega por el delito de malversación pero no por el de rebelión. El equivalente en Alemania a este delito es el de alta traición, que exige una situación de violencia organizada, que es el punto crítico de la demanda del juez Pablo Llarena. Si el tribunal alemán acordara entregar a Puigdemont por la totalidad de los delitos, sería un gran espaldarazo al auto de procesamiento de Llarena, cuya instrucción, en cambio, quedaría tocada en caso contrario.

De ahí que la resolución del tribunal alemán adquiere una gran trascendencia. Y no solo por razones jurídicas. También políticas, ya que según sea el sentido de la decisión puede impulsar o dificultar la formación de Gobierno en Cataluña. Y esta, a su vez, condicionaría la aprobación de los Presupuestos del Estado y la legislatura española.