Interior improvisa un plan para dejar 12.000 policías en Cataluña

Melchor Sáiz-Pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

MINISTERIO DEL INTERIOR

El Ejército participa en trabajos de aprovisionamiento por si los agentes precisan utilizar instalaciones militares

05 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Estamos aprovisionándonos para quedarnos lo que haga falta». La frase es de un coronel de la Guardia Civil tras conocerse que, por primera vez, el Gobierno ha movilizado al Ejército para ayudar, eso sí «exclusivamente en labores de logística», al contingente de 12.000 policía y guardias civiles desplazados a Cataluña.

Según desvelaron ayer responsables de la seguridad del Estado, el Ejecutivo comenzó el martes a perfilar un plan para mantener sine die una presencia «rotatoria» similar a la actual -pero nunca menos de 10.000 funcionarios-, mientras persista la inestabilidad política y social. Las órdenes de mantener indefinidamente el despliegue diseñado para el 1-O la dio el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en su reunión con Juan Ignacio Zoido y Soraya Sáenz de Santamaría.

Antes de este encuentro, no se había diseñado plan alguno para mantener la presencia de las fuerzas de seguridad más allá del 8 de octubre, que era la fecha en la que terminaban la mayoría de las comisiones de servicio. El martes el dispositivo se alargó hasta el día 11 y ayer se prorrogó sin fecha.

Los detalles de este plan, que en algunos casos se están improvisando casi sobre la marcha, siguen estando muy verdes, hasta el punto de que los responsables del Ministerio del Interior se enteraron ayer por la prensa de que Defensa había mandado a última hora del martes material para alojar y atender a centenares de funcionarios en el cuartel de Sant Boi de Llobregat (Barcelona), a 17 kilómetros del centro de la capital catalana. La Agrupación de Apoyo Logístico 41 (Aalog 41) del Ejército de Tierra, con base en el cuartel de San Jorge de Zaragoza, fletó 20 camiones -en dos convoyes diferentes- con literas, cocinas, duchas y taquillas. «Este envío tiene lugar por si llegado el momento las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado precisan utilizar la instalación militar», apuntaron desde el departamento que dirige Dolores de Cospedal. Interior no tiene decidido todavía a quién podría alojar en este acuartelamiento. Si irá destinado a los más de 2.000 funcionarios que se alojan en los tres barcos de los puertos de Barcelona y Tarragona, que son los que en peores condiciones están, o si irá sacando progresivamente a los agentes que siguen desperdigados por 41 hoteles diferentes de las cuatro provincias y, en muchos casos, hostigados por los vecinos.

Por su parte, Zoido no dio en sus reuniones de ayer muchos detalles de cómo será el plan para mantener la presencia continua en Cataluña para tratar de aplacar los caldeados ánimos entre los mandos, agentes y sindicatos de la Policía Nacional y la Guardia Civil, que el martes llegaron a reclamar su dimisión por no parar lo que denominaron «caza del policía».

Zoido desayunó por la mañana con los agentes en los barcos atracados en Barcelona. A ellos les adelantó que el refuerzo de policía y Guardia Civil se quedará en Cataluña «todo el tiempo que sea necesario para seguir garantizando el cumplimiento de la ley». E insistió en que el Gobierno «no tolerará que se fomente el odio contra la Policía Nacional y la Guardia Civil, cuando están en Cataluña para defender todo aquello con lo que sus agresores quieren acabar: la libertad».