El coordinador de la ponencia social, Javier Maroto, logró sacar adelante un texto consensuado entre la sensibilidad más conservadora y la aperturista
12 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Era una de las cuestiones que podía resquebrajar la imagen de unidad con la que el PP quiere salir de su congreso. Pero al final la polémica sobre la regulación de la gestación subrogada quedará como una nota a pie de página. El coordinador de la ponencia social, Javier Maroto, logró sacar adelante un texto consensuado entre la sensibilidad más conservadora y la aperturista que deja sobre la mesa la postura oficial del PP sobre «una realidad muy delicada y extremadamente sensible» que «requiere un debate en profundidad, serio y sereno». «Un debate que tras escuchar a los expertos, tanto desde el ámbito científico como el jurídico y el ético, nos permita dialogar, debatir y construir juntos un posicionamiento que dé una respuesta clara y de amplio consenso», recoge el texto acordado.
La propuesta de Maroto cosechó el apoyo de 699 compromisarios, mientras que 66 votaron en contra y 20 se abstuvieron. De los 30 enmendantes con propuestas alternativas sobre la gestación subrogada, 21 se sumaron al texto consensuado. Pero nueve mantuvieron su postura y evidenciaron que en el PP conviven sectores antagónicos en este asunto.
Varios de los compromisarios se confesaron «radicalmente en contra de los vientres de alquiler», y sus palabras fueron recibidas con aplausos. Pero otro de los presentes, «padre de dos niñas fantásticas» nacidas gracias a la subrogación explicó: «Por favor, respeto, no son vientres de alquiler. Eso es denigrante. Mis hijas no son ni objetos ni mercancía de cambio. Yo no las he comprado ni elegido. Son hijas biológicas», y también fue ovacionado.