Buscando un destino

Tino Novoa EN LA FRONTERA

ESPAÑA

12 feb 2017 . Actualizado a las 11:54 h.

En realidad no es nada nuevo. Eso del circo ya lo inventaron los romanos. Ya sea en momentos de crisis o para prevenirlas, no hay nada mejor para cerrar filas que juntar a las masas y excitar su espíritu gregario para inyectarles una sobredosis de entusiasmo que haga olvidar las penas. Pero los sueños sueños son, y cuando cesa el espectáculo y se apagan las luces, uno vuelve a toparse con la realidad. Y la cruda realidad es que Pablo Iglesias e Íñigo Errejón están ya en mundos diferentes. Las catarsis están bien, las invocaciones al amor, también, pero no cambia nada, porque lo cierto es que el pasado nunca vuelve, y Podemos ya no volverá a ser lo que muchos soñaron que sería. Es lo que tiene el crecimiento, ese proceso de negociación permanente con la realidad que obliga a cesiones continuas que moldean a uno y lo hacen cambiar. Salvo quienes sufren el síndrome de Peter Pan, que piensan que es suficiente desear algo para conseguirlo. Un infantilismo de fácil propagación.

Podemos lleva tiempo debatiéndose en ese dilema, el de mantenerse en la ensoñación o aceptar el principio de realidad. Y ese es el desafío de la asamblea de Vistalegre, decidir el destino de un partido que nació en la protesta para cambiar la política y ahora no sabe si quedarse con la una o con la otra. Mientras tanto, cada vez se parece más a aquello que quería cambiar y recuerda menos a lo que era. Porque la toma de decisiones genera tensiones y contradicciones que la cúpula de Podemos ha sido incapaz de resolver. El cisma entre el pablismo y el errejonismo se agranda, las disputas se tornan inevitables, el debate de ideas se convierte en hostilidad personal y allí donde antes había amor cada vez hay más odio. Ya se sabe cómo acaban estas cosas. Y la obsesión con el adversario hace que se pierda de vista todo lo demás, lo que deriva en alejamiento creciente de las bases. El clamor de estas por la unidad caerá inevitablemente en saco roto porque sus líderes están en otra guerra. Y habrá víctimas.