El «casting»

Tino Novoa EN LA FRONTERA

ESPAÑA

11 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Rajoy engaña. Pero mucho. Y en este caso no me refiero a sus propuestas electorales. Hablo de esa idea tan extendida de que deja cocer los problemas a fuego lento sin hacer nada hasta que se resuelvan por sí solos. Craso error. Rajoy interviene mucho más de lo que parece, pero lo hace sin que se le note. Tras el congreso de Valencia, cambió el partido de arriba a abajo y no quedó ni el apuntador de la era Aznar. Y ahora, en un año en el que la política evoluciona a velocidad de vértigo, él se mueve, a su ritmo, pausado, pero sin dar puntada sin hilo, para controlar todavía un poco más el partido de cara a las elecciones y, sobre todo, a lo que en ellas pueda pasar. Más allá de la supuesta torpeza en el caso de Esperanza Aguirre, lo cierto es que esta está a punto de perder el control del PP madrileño, el bastión que se le resistía a Rajoy. Y después vendrá el relevo de Cospedal, quemada en todos los fuegos habidos. Todo apunta a que en las generales habrá un nuevo secretario general. Alguien con prestigio en el partido y capacidad para equilibrar el poder de Sáenz de Santamaría. Se abre el casting.