Rajoy busca apuntalar el PP ante la amenaza de maremoto electoral

nuria vega MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Aplaza el congreso nacional en el que se podría cuestionar su liderazgo

05 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El PP, el partido que arrasó en las elecciones autonómicas y municipales del 2011, la formación que se hizo con la mayoría absoluta en el Congreso y el Senado, se enfrenta a un 2015 electoral de perspectivas desfavorables.

Conseguir mejorar el resultado de los comicios de hace tres años habría sido un hito. Conservarlo se presenta como una misión imposible a la luz de los sondeos. Las encuestas pronostican que hasta los feudos más fieles y leales al PP, Madrid y la Comunidad Valenciana, podrían caer en mayo, y los futuros candidatos a hacerse con comunidades y ciudades esperan ansiosos a que el dedo de Mariano Rajoy les designe para empezar a trabajar. Pero el presidente marca los tiempos. Su intención es apuntalar el partido al máximo. Que resista al temido maremoto de las urnas. Para ello, controlará nombres, plazos y estrategia para que dentro de cinco meses el partido siga sin revueltas rumbo a las generales de finales de año, en las que espera revalidar como jefe del Ejecutivo.

Para empezar, en las filas populares entienden que el empecinamiento en no desvelar quiénes concurrirán a los comicios se debe, en buena parte, al deseo de Rajoy de evitar peleas internas, y cuanto más tarde lo revele, menos capacidad de reacción tendrán los distintos sectores. El plazo marcado para la proclamación de candidaturas es febrero.

En la tradicional copa de Navidad de la Moncloa, el propio presidente recordaba que en el 2011 se cerró en marzo sin que ocurriera por ello absolutamente nada. Todas están claras, salvo Madrid y Valencia. Muchos dan por perdido el gobierno de la comunidad madrileña, ese que, a falta de sorpresas, podría disputar su actual presidente, Ignacio González.

El avance de Podemos amenaza la hegemonía popular y la dificultad de pactos deja este territorio en el aire. La capital de España, por otro lado, es el lugar emblemático que a Esperanza Aguirre le gustaría administrar. El movimiento de la semana pasada, al ofrecerse como candidata, fue respondido por el presidente del Gobierno con su silencio. Si ella es la elegida, lo será cuando Rajoy lo decida. Fuentes de la dirección nacional del PP admiten que Aguirre tiene detrás al partido de Madrid y que cuenta con el aval de las encuestas. Otras voces recuerdan, sin embargo, que en tiempos de regeneración el rechazo general que provoca hay que tenerlo en cuenta. El incidente de tráfico y los casos de corrupción que han afectado a sus colaboradores han desgastado la figura de la presidenta del PP de Madrid. Y a nadie se le olvida que en el 2008 amagó con moverle la silla a Rajoy.

En la Comunidad Valenciana, el otro bastión que se tambalea, el problema es otro y está más relacionado con la debilidad de un partido golpeado por los escándalos, que con una disputa de nombres. El presidente Alberto Fabra ha generado desconfianza en la dirección. De ahí que su candidatura sea una de las que quedan por resolver.

Sin congreso

El presidente determinará dónde fomentará la continuidad y dónde permitirá la renovación. Pero mientras tanto, fortifica la sede de la calle Génova de Madrid.

Rajoy repetirá como candidato en las próximas elecciones generales. Entre otras cosas, porque no tiene intención de convocar el congreso nacional del partido, que según los estatutos corresponde celebrar en el 2015. La celebración de ese cónclave sería la forma de que, en caso de descalabro en los comicios de mayo, otros miembros del PP pudieran poner en cuestión la presidencia del partido a Rajoy. Pero no habrá oportunidad. La primera gran cita de los populares antes de las elecciones autonómicas y locales tendrá lugar el último fin de semana de enero en Madrid. Es la convención que la dirección ha convocado para profundizar en el programa electoral.