Sin cambios en el Gobierno y el PP

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

13 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Rajoy dejó bien claro antes de dar paso a los periodistas que la rueda de prensa era para hablar exclusivamente del 9-N. Es decir, no tocaba preguntar sobre los numerosos casos de corrupción que están afectando al partido, desde la reciente operación Púnica al último auto de Audiencia Nacional que señala que el PP se aprovechó del dinero de la trama Gürtel, pasando por los viajes a Tenerife a costa del Senado del presidente extremeño, José Antonio Monago. La única cuestión que se coló de soslayo fue si a la vista de esta situación iba a hacer algún cambio en el Gobierno y en el partido. Teniendo en cuenta, además, el batacazo del PP que prevén las encuestas.

La respuesta fue un «no» categórico con el que zanjó el asunto. Rajoy había dicho en varias ocasiones que su intención era no cambiar su equipo de gobierno en toda la legislatura. Pero la nominación de Arias Cañete como cabeza de lista en las europeas y la dimisión de Gallardón tras ser desautorizado por el presidente al desechar la reforma del aborto le obligó a hacer dos cambios. Sus sustitutos con de claro perfil técnico, lo que ha rebajado aún más el carácter político del Ejecutivo, lo que a solo unos meses de las elecciones municipales y autonómicas y a un año de las generales puede ser peligroso. Esto hace que la vicepresidenta se haya convertido en una todoterreno que acude a apagar los fuegos mientras los ministros entran muy poco en las refriegas políticas.

Mientras, en el partido la figura de María Dolores de Cospedal es cada vez más cuestionada y se ha visto erosionada por la presunta financiación irregular de su campaña en las elecciones de Castilla La-Mancha. Además, las relaciones de la vicepresidenta y la secretaria general no son las mejores y, a veces, falta coordinación entre el Gobierno y el PP.

Pero la cuestión catalana sigue siendo el gran desafío institucional del Gobierno. Rajoy trasladó ayer el mensaje de que cuando acabe la crisis el independentismo bajará. Pero no contestó cuando se le preguntó si cree viable un Estado en el que una comunidad como Cataluña no se somete al imperio de la ley. Tras el 9-N, no se vislumbra ninguna posibilidad de acuerdo con Mas, que insiste en su órdago de todo o nada.