Las pifias de Pedro Sánchez

ESPAÑA

La combinación de locuacidad e inexperiencia del nuevo líder socialista, que le ha llevado a tener que rectificar en numerosas ocasiones, y su pasado en la asamblea de Caja Madrid siembran inquietud en el PSOE

21 oct 2014 . Actualizado a las 09:20 h.

Faltan poco más de dos semanas para que Pedro Sánchez Pérez-Castejón cumpla cien días en la secretaría general del PSOE. El nuevo líder socialista se encuentra todavía inmerso en el período de gracia que tradicionalmente se le concede a cualquier político. Un período en el que los debutantes suelen mantener a su vez un perfil bajo. Casi de rodaje. Sin embargo, Sánchez ha emitido ya en esta breve etapa algunas señales que, más allá de las críticas que han merecido para el Gobierno y el resto de fuerzas políticas, han sembrado la inquietud en algunos sectores del propio PSOE, que cuestionan su estrategia de imagen y su locuacidad, que a veces le llevan a cometer errores.

Los más veteranos del partido consideran que la mezcla de inexperiencia y osadía del nuevo secretario general supone un cóctel explosivo que puede acabar perjudicando sus propias opciones. Lo cierto es que, en apenas 90 días, Sánchez ha hecho trabajar a destajo a sus equipos de comunicación y a la ejecutiva de su partido para rectificar algunas de sus declaraciones y para dar explicaciones sobre algunos de los regalos y créditos que recibió de Caja Madrid en su etapa como miembro de la asamblea general de la entidad bancaria que fue embrión de la rescatada Bankia, de plena actualidad por el escándalo de las tarjetas negras. Estas son algunas de las pifias más señaladas del nuevo secretario general del PSOE.

Ministerio de Defensa

¿Qué ministerio sobra y qué presupuesto falta? En una entrevista en el diario El Mundo, Pedro Sánchez respondió a esta pregunta en los siguientes términos: «falta más presupuesto contra la pobreza, la violencia de género... Y sobra el Ministerio de Defensa». El revuelo político que provocaron de inmediato sus palabras llevó al PSOE a emitir un comunicado en el que aclaraba que en ningún caso se planteaba suprimir el ministerio sino «reducir el gasto militar».

Funerales de estado

«Haré que las víctimas del terrorismo machista sean también reconocidas con funerales de Estado con la presencia del presidente del Gobierno en el momento en que se produzcan esos asesinatos». Eso es literalmente lo que afirmó Pedro Sánchez el pasado 2 de octubre. La propuesta, que extrañó incluso a las asociaciones de mujeres, fue en esta ocasión rectificada por el propio líder del PSOE. «No me expresé bien, lo que quise decir es que [la violencia machista] es una cuestión de Estado», aclaró, dejando en mal lugar a la secretaria de Igualdad del PSOE, Carmen Montón, que llegó a afirmar que llevarían la propuesta de los funerales de Estado al Congreso «en las próximas semanas».

Independentismo y violencia

En su primer discurso como secretario general, Sánchez propuso «desterrar de nuestro vocabulario palabras como crisis, desigualdad, violencia de género, independentismo». Poco después, ante la estupefacción de los dirigentes del PSC, Sánchez se vio obligado a aclarar que no pretendía equiparar el independentismo con la violencia ni considerarlo un delito.

Regalos en caja Madrid

El líder del PSOE lanzó el 11 de octubre un código ético de obligado cumplimiento para todos los cargos públicos y miembros de organismos y entidades públicas designados por el partido. Ese código prohíbe recibir regalos de más de 60 euros. Solo unos días después de plantear esa medida, se hizo público que el propio Sánchez, como consejero de la asamblea de Caja Madrid durante seis años, recibió, al igual que los otros 320 miembros de ese órgano, valiosos regalos por cada una de las reuniones a las que asistió. Cámaras, ordenadores o teléfonos de alta gama fueron algunos de los regalos que recibió Sánchez, que entró en la asamblea por su cargo de concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid. Fuentes del PSOE señalaron que eran solo una «recompensa» a los miembros de la asamblea.

Hipotecas a interés especial

Sánchez se ha mostrado implacable con los socialistas que utilizaron tarjetas de crédito de Caja Madrid opacas al fisco y ha propuesto su expulsión inmediata del partido. «A los que han utilizado la tarjeta negra en Caja Madrid, tarjeta roja directa, no caben en el PSOE», afirmó gráficamente. Tres días después de esa afirmación tan contundente, Sánchez se vio obligado a reconocer que había recibido un préstamo hipotecario de Caja Madrid en el 2005, siendo miembro de la asamblea de esa entidad, con una bonificación del 30% sobre el tipo de interés que se cobraba a los clientes. Esa bonificación, que sigue vigente, dado que el plazo para el pago de la hipoteca es de 25 años, supone que el líder del PSOE se ahorre 60 euros en cada una de las 300 letras de la hipoteca, lo que suma 18.000 euros.