Dos versiones en blanco y negro sobre los negocios de la duquesa de Palma

M. S. P. MADRID / COLPISA

ESPAÑA

27 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

son muy pocos los casos judiciales en España en los que un instructor y un fiscal llegan a discrepar de manera tan antagónica como hacen los antaño amigos íntimos José Castro y Pedro Horrach a cuenta de la infanta. ¿Cuáles son esas visiones jurídicas enfrentadas sobre la infanta que han acabado con una amistad de décadas?

Conocimiento

¿Sabía la infanta las irregularidades fiscales que cometía Urdangarin en Aizoon. La respuesta a esta pregunta clave para la imputación de Cristina es bien diferente para Castro y para Horrach. Para el primero no cabe duda: «Los delitos contra la Hacienda pública que se imputan a Urdangarin difícilmente se podían haber cometido sin, cuando menos, el conocimiento y la aquiescencia de su esposa, por mucho que de cara a terceros mantuviera una actitud propia de quien mira para otro lado», explica el juez en su auto.

La idea de Horrach es totalmente diferente. No hay «indicios mínimamente solventes» más allá de «insulsos documentos», correos privados entre ambos, de que la infanta supiera del día a día de Aizoon. La Fiscalía Anticorrupción siempre ha considerado que el único responsable de lo que ocurría en la sociedad era su «administrador único», o sea el duque de Palma, Iñaki Urdangarin.

Esposa

El papel de la infanta como mujer de Urdangarin. Es otro punto de colisión. Castro ha incidido en que es imposible que una mujer con estudios superiores como la infanta no conociese lo que hacía su marido. Que no se cree que la «confianza, veneración y amor» que dice que le profesaba a su esposo le hiciera ser tan ciega para no ver lo que hacía en Aizoon.

Para Anticorrupción, el tema de cuál era el papel de la infanta como esposa es irrelevante. «En el Derecho Penal, basado en el principio de culpabilidad, no cabe admitirse ningún tipo de presunción de participación por la mera convivencia conyugal», apuntó el fiscal.

Gastos personales

Aizoon, la empresa pantalla. No es un tema baladí porque de ello depende que la duquesa pueda sentarse o no en el banquillo acusada de blanqueo. Castro lo ve claro: Cristina de Borbón blanqueó porque reintrodujo en el circuito legal a través de sus «ingentes compras, servicios y gastos privados» dinero de cuya procedencia ilícita conocía.

En cambio, el fiscal solo ve una irregularidad merecedora de multa.

Interrogatorio

La declaración en febrero de la infanta. Castro considera clave la postura que mantuvo Cristina de Borbón cuando se parapetó en el «olvido, la ignorancia o la derivación de la responsabilidad a terceras personas» para aparecer ignorante de todo lo que ocurría en la empresa de la que es copropietaria al 50 %.

«Tiene razón el instructor al calificar las respuestas de doña Cristina de Borbón de insuficientes o no clarificadoras, siempre que añadamos a continuación la expresión ?para sostener su imputación?», alega el fiscal anticorrupción Pedro Horrach, para el que aquel interrogatorio del juez Castro «se caracterizó por cuestionar la motivación del ejercicio del derecho de Cristina de Borbón a participar como socia en una entidad mercantil, presumiendo que la misma obedecía a un plan delictivo predeterminado».