Merkel aplaca las aspiraciones de Juncker de presidir la Comisión

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / E. LA VOZ

ESPAÑA

Pide que se exploren «otras posibilidades» ante la falta de consenso

28 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La batalla por la presidencia de la Comisión Europea se recrudece y la candidatura del conservador Jean-Claude Juncker pierde fuelle. La canciller alemana, Angela Merkel, dejó ayer la puerta abierta a nuevas caras y pidió al presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, «explorar otras posibilidades» al término de la cumbre informal de líderes de la UE. ¿La razón? El Consejo está muy dividido.

El primer ministro británico, David Cameron, dejó claro que no apoyará a Juncker. No solo no lo apoyará, sino que está intentando buscar un amplio frente de países aliados que dinamiten sus opciones. No está solo. El líder húngaro, Víktor Orbán, manifestó durante la cena informal de anoche su oposición a que el Consejo Europeo respete los resultados de las elecciones: «No debe haber correlación automática entre el resultado de los votos y el candidato que se proponga». 

Cameron se justificó diciendo que quiere un presidente capaz de forjar una Europa más competitiva y «no un hombre del pasado». La tarea de llevar a buen puerto su propuesta será difícil. Primero, porque necesita una mayoría doble. Esto significa que quince países que representen al menos al 65 % de la población de la UE deben posicionarse de su lado. Por ahora ha contactado con la presidenta lituana, Dalia Gribaukaité, y los primeros ministros Orbán (Hungría), Fredrik Reinfeldt (Suecia),  Alenka Bratusek (Eslovenia) y Enda Kenny (Irlanda).   

Holanda está también en la lista de países que optarían por un candidato «tapado», diferente a los que se presentaron en las elecciones el Parlamento. La canciller alemana, Angela Merkel, intercambió palabras con Cameron, pero aterrizó en Bruselas respaldando a Juncker: «Es nuestro candidato a la Comisión pero debemos lograr una amplia mayoría». Tras la reunión fue, si cabe, más lapidaria: «Hay que cumplir con el Tratado. La última vez que nos lo saltamos, nos condujo a una catástrofe», aseguró, haciendo una alusión velada al incumplimiento de los acuerdos sobre estabilidad presupuestaria. No obstante, quiso enviar un mensaje a la nueva Eurocámara: «Corresponde al Consejo y no al Parlamento proponer al candidato». Su apuesta por Juncker está en el aire y pierde fuerza en vista de la fuerte oposición. El luxemburgués recibió otros apoyos de Rajoy y Renzi. Mientras, los presidentes de los principales partidos, reunidos en la Eurocámara, urgían a Juncker a buscar una mayoría antes de que los líderes nacionales propongan a cualquier otro. Dispone para ello de los 213 escaños de su agrupación. Una gran coalición con la segunda fuerza, los socialdemócratas (189 escaños), sería suficiente para alcanzarla (376 votos). 

Nuevo giro en Europa

Si la elección del nuevo presidente parece un gran desafío, no lo es menos el que tendrá por delante el nuevo Ejecutivo. Los líderes europeos dejaron ayer patente su disgusto por el gran avance del euroescepticismo y la ultraderecha en Europa y anticiparon un cambio de rumbo urgente.   

«La UE no puede ignorar estos resultados y seguir como antes Necesitamos un cambio», señaló Merkel. «Europa debe escuchar lo que sucedió en Francia», afirmó por su parte el presidente François Hollande ante el triunfo del Frente Nacional. Cameron también pronosticó que habrá un giro radical en Europa tras estas elecciones, pero no coincide con el mensaje de «más Europa». «Debe concentrarse en crear empleo y crecer. No mucho más. Bruselas se ha vuelto demasiado grande, autoritaria y entrometida», se quejó.