Un test importante para el presidente y vital para Rubalcaba

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

A Rajoy le basta ganar por la mínima para dar por refrendada su gestión

09 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Son unas elecciones para elegir los 54 eurodiputados que corresponden a España en el Parlamento Europeo, pero sus resultados tendrán una lectura nacional relevante. Además, los asuntos domésticos, por mucho que los candidatos se empeñen en hablar de Europa, serán los que más influyan a los ciudadanos. La encuesta del CIS lo cuantifica: esos temas serán los que más tengan en cuenta el 67,1 % de los ciudadanos a la hora de votar. Y no hay que olvidar que las europeas suelen marcar tendencias.

El 25-M es un test importante para Mariano Rajoy y decisivo en el caso de Alfredo Pérez Rubalcaba. Ambos han puesto como cabezas de cartel a políticos de su máxima confianza, lo que quiere decir que van con todo, se la juegan personalmente y la derrota o la victoria tendrán que anotarla en sus casilleros.

Al presidente del Gobierno le basta una victoria, aunque sea por la mínima, para salvar esta complicada cita, lo que le valdría para dar por convalidada en las urnas su gestión, en la que se ha tenido que enfrentar a una situación económica muy difícil. Si el PP gana después de haber hecho recortes sin precedentes, incumplir promesas electorales, especialmente la bajada de impuestos, y a que el paro haya aumentado en dos años y cuatro meses de vértigo, será motivo de celebración. Aunque las encuestas muestren un desplome respecto a las generales. Una derrota sería un revés muy considerable.

El reto del PP es movilizar a su electorado, en unos comicios en los que la abstención suele ser muy alta, y atraer a los decepcionados por sus políticas. Su estrategia será golpear con la nefasta herencia recibida de José Luis Rodríguez Zapatero, explicar que por ello el Gobierno se vio obligado a tomar medidas drásticas que ya están dando resultado, porque la recuperación es un hecho.

Estrategia socialista

Rubalcaba se juega más. Una derrota supondría el fin de sus aspiraciones a repetir como candidato a la Moncloa si es que se plantea serlo. Pero un triunfo le valdría para refrendar que el PSOE ha vuelto, como dijo hace unos meses, gracias a su labor. La estrategia de los socialistas será incidir en el paro, en que la supuesta recuperación no llega a los ciudadanos y avisar de que una victoria del PP sería un cheque en blanco al Gobierno para realizar nuevos ajustes y reformas como la ley del aborto. Su mensaje europeo es que si la derecha sigue gobernando continuarán las políticas de austeridad a ultranza, que han provocado más pobreza y desigualdad.

Pero estas elecciones no son cosa solo de dos. Las demás formaciones saben que tienen una gran oportunidad de subir y abrir una brecha en el bipartidismo. Una de las claves será ver hasta dónde son capaces de capitalizar el descontento.