Llamada al «voto útil» y el balance de Rajoy, ejes de la reunión

G. B. madrid / la voz

ESPAÑA

30 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Las cosas se le han complicado al PP en una convención nacional diseñada como rampa de lanzamiento de la precampaña de las elecciones europeas. Unos comicios que se presentan muy complicados para los populares debido a las reformas y los duros ajustes económicos llevados a cabo por el Gobierno y por la aparición partidos como Vox o UPyD, dispuestos a ocupar un espacio político y un discurso sobre las víctimas del terrorismo que hasta ahora ha estado en manos de los populares. La dirección de Génova es consciente del peligro y por eso apelará en la convención al voto «útil» al PP, que es el único capaz de articular una «mayoría fuerte» en el Parlamento Europeo. El manifiesto que se aprobará en Valladolid será un esbozo del programa con el que el PP se presentará a las elecciones europeas, para las que no tiene todavía candidato. El papel preponderante que se le ha dado a última hora en el cónclave el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, confirma que es el máximo favorito a ocupar ese puesto.

Pero la convención servirá también para que el PP haga un balance claramente optimista de los dos años de Gobierno de Rajoy. Por primer vez desde hace 24 meses, los populares pueden presentar algunos datos alentadores sobre el inicio de la recuperación económica, aunque la incapacidad para reducir significativamente las cifras de paro sigue siendo el gran lastre del Gobierno. «La economía reacciona y, de la crisis con el PSOE, estamos pasando a la recuperación con el PP», dijo ayer la secretaria general, María Dolores de Cospedal, para reflejar el mensaje que se quiere lanzar en esta convención.

Haciendo de tripas corazón, algunos dirigentes populares aseguraban ayer que las ausencias de Aznar y de Mayor Oreja acabarán siendo positivas porque permitirán que la convención se centre en las europeas y en la recuperación económica. Según esta tesis, la presencia y el protagonismo en el cónclave de dos dirigentes críticos con la gestión de Rajoy habría puesto el acento en las diferencias internas en torno a la política antiterrorista y en la respuesta del Gobierno al desafío independentista del catalán Artur Mas. Pero está por ver si su ausencia logrará ocultar ese debate.