Manuel Salgueiro es uno de los militantes socialistas que pretendían someter a la asamblea una propuesta de acuerdo para exigir la supresión de la partida y que ese dinero se dedique a políticas de generación de empleo. Ni a él ni a su excompañero del PP José Luis Rodríguez Cid le parecen normales los pagos de comidas. En el caso del PP, los 10.690 euros de «gastos de representación» incluyen, entre otros conceptos, las comidas mensuales del grupo los días de los plenos. Los socialistas, entre «celebracións con simpatizantes, militantes e colectivos, comidas de traballo» y dietas por asistencias a actos varios, suman 14.389 euros.
Xosé Carballido, que fue concejal del BNG en la oposición y más recientemente ocupó puestos de director xeral, habiendo renunciado al último a raíz de su abandono de la formación nacionalista, defiende como concepto la asignación a los grupos. «A democracia costa, e hai que axudar a mantela», reflexiona, para, a renglón seguido, advertir que el problema está en el uso que se haga de los fondos públicos. Las comidas y el botellón, por ejemplo, están «de máis», como la «competencia desleal» de que un grupo financie una televisión privada.