El ser la única no imputada del instituto pesó en su contra

Melchor Saiz-Pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

La infanta, el pasado viernes, camino de su trabajo.
La infanta, el pasado viernes, camino de su trabajo. Andreu Dalmau < / span>Efe< / span>

Algunas razones para la citación de la hija del rey

07 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La infanta acaba de entrar en el laberinto del caso Nóos. Si la Audiencia Provincial no lo evita terminará declarando como imputada. ¿Pero cómo ha llegado a esta situación cuando hace un año parecía haberse blindado a cualquier acusación? Muchas preguntas y algunas respuestas.

¿Qué ha cambiado desde marzo del 2012?

Las únicas novedades sobre el rol de la infanta en Nóos vienen de los e-mails que Diego Torres va aireando desde abril del 2012. De las decenas de diligencias e interrogatorios no han surgido nuevas pruebas contra la hija del rey, excepto que el propio Torres aseguró ante el juez que ella tenía el mismo nivel de responsabilidad que el resto de los miembros de la directiva de Nóos, todos ya imputados.

¿Cómo implican esos correos a la infanta?

Aunque en varios e-mails se le nombra, dos son los que particularmente comprometen a Cristina de Borbón, uno de la primera tanda del 7 de abril del 2012, y otro de la última hornada, hecha pública el pasado 27 de marzo. En el primero, fechado en octubre del 2007, Urdangarin comunica a Torres las gestiones que supuestamente la infanta ha hecho con el presidente valenciano, Francisco Camps, para que la fundación heredera de Nóos tuviera una base para un segundo barco español en la Copa América. En el segundo, fechado en febrero del 2003, Urdangarin informa a su mujer de las gestiones que está haciendo con «clientes, colaboradores y amigos» para presentar en sociedad el Instituto Nóos.

¿Qué otras pruebas hay de su participación?

La infanta fue vocal de Nóos, la fundación usada para expoliar fondos públicos, y lo fue entre los años 2004 y 2005, en los que se cerraron los mayores negocios con las Administraciones balear y valenciana. Según su marido, su figura era solo decorativa y no participaba en los consejos ni estaba en el día a día. Numerosos testigos confirman que apenas pisó la sede de Nóos.

No hay forma de saber si Cristina tomó parte en las reuniones en que se aprobaron las irregularidades porque no hay actas, según el secretario de la fundación, Miguel Tejeiro. Eso sí, este responsable de Nóos, cuñado de Torres, confeccionó ad hoc al menos una de las declaraciones de Hacienda de la infanta Cristina para que cuadrara con lo reflejado por su marido.

¿Cómo le salpica Aizoon?

Es el punto, quizás, más delicado. Es copropietaria de Aizoon, la inmobiliaria, a la que fueron a parar 1,7 millones por trabajos jamás realizados, buena parte de ellos de Administraciones públicas. Como propietaria recibió reparto de beneficios y participó en las juntas. Es más, recibía cada semana desde sus arcas pagos de entre 600 y 700 euros sin más concepto que «su factura». En esas juntas, en las que sí que aparece su firma, entre otras cosas, se autorizó que Urdangarin defraudara facturando a la sociedad dinero que obtenía por sus trabajos como consultor. Además, ella fue titular de la primera cuenta que tuvo la inmobiliaria. Al menos 600.000 euros usados en la reforma del palacete de Barcelona, del que es copropietaria, procedieron supuestamente de dinero público desviado a Aizoon.

¿Recibió pagos de la trama?

En el sumario figura que, en una de sus cuentas no compartidas con su marido, recibió 12.671 euros procedentes de Nóos Consultoría, una de las sociedades usadas para desviar dinero. Por las cuentas que compartía con su esposo pasó buena parte del dinero desviado desde Nóos.

¿Entonces por qué no ve indicios suficientes la Fiscalía para imputarla?

Anticorrupción considera que estas pruebas son solo indiciarias. Que sigue sin haber elementos consistentes de que la infanta fuera consciente de lo que hacía su marido, incluso que supiera que estaba usando su nombre para lograr trato de favor. Es más, arguye, no hay dato que confirme que la duquesa tomó parte en las decisiones de Nóos; su sucesora, FDCIS; Aizoon; o cualquiera de las sociedades que integraban la trama.