Ignacio González se convierte en un problema para Rajoy

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Alberto Martín / EFE

El presidente de Madrid cumple 100 días en el poder desmarcándose del Gobierno y haciendo frente a múltiples huelgas y protestas

06 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Ignacio González acaba de cumplir sus tormentosos 100 primeros días en el poder. En este tiempo la Comunidad de Madrid se ha convertido en un hervidero de huelgas, manifestaciones -a razón de una media de siete diarias-, «mareas» de todos los colores, protestas y encierros de numerosos colectivos. El centro neurálgico de la contestación social, el laboratorio de las políticas privatizadoras y también un dolor de cabeza para Mariano Rajoy.

El sucesor de Esperanza Aguirre comenzó su mandato en la misma línea de su predecesora, plantando cara al Gobierno con una crítica contundente al sistema de financiación autonómica, heredado de José Luis Rodríguez Zapatero, que exigió se reformara de manera inmediata. Se ponía así al frente del conato de rebelión de algunos barones del PP, disconformes con el modelo. González reclamó hasta el último momento, sin éxito, los 992 millones que consideraba correspondían a su comunidad y que el Ejecutivo no había abonado, según él, por un «error de cálculo».

Pero González ha ido aún más lejos en su pulso. La implantación del pago de un euro por receta desde el 2 de enero supone un desafío en toda regla a Rajoy, ya que lo ha hecho a pesar del rechazo explícito del Gobierno, que ha recurrido esta tasa al Tribunal Constitucional en el caso de Cataluña y ahora ultima otro recurso contra la Comunidad de Madrid. Ninguna otra autonomía gobernada por los populares se ha atrevido a seguir la estela abierta por la Generalitat de Artur Mas.

Relación fría

Sus desmarques no se han quedado ahí. Acosado por las huelgas, en la sanidad, la educación, los transportes o Telemadrid, que asegura costaron 1.748 millones de euros a la comunidad el año pasado, ha exigido que se regule el ejercicio de este derecho. El presidente del Gobierno también le ha frenado en seco en este asunto, al contestarle que no piensa hacerlo, ya que considera que una sentencia del Constitucional de 1981 ya especifica muy bien todo lo referido al mismo.

La relación entre Rajoy y González es fría, meramente institucional. El jefe del Ejecutivo no olvida el apoyo que prestó el madrileño a Esperanza Aguirre cuando esta trató de disputarle el liderazgo del PP tras su segunda derrota electoral ante Zapatero en el 2008.

De cara a la galería, en la tradicional cena de Navidad del PP regional, elogió las reformas «valientes» y «necesarias» que está adoptando el Gobierno de Madrid. Pero en la rueda de prensa en la que hizo balance de su primer año de mandato, preguntado por las privatizaciones de hospitales y centros de salud en Madrid, se limitó a señalar que esta comunidad lo había hecho en el ejercicio de sus competencias y que hay muchos modelos de gestión. «Lo importante es que la sanidad para la gente sea universal, gratuita y de calidad», dijo.