Artur Mas allanó el camino al desafiar al Gobierno con un impuesto sobre los depósitos bancarios
ESPAÑA
Un gesto que facilitó mucho el entendimiento entre Artur Mas y Oriol Junqueras fue la decisión del Gobierno catalán en funciones de aprobar, horas antes de la reunión de ambos líderes, la creación de un impuesto sobre los depósitos bancarios, una de las reivindicaciones fiscales más destacadas de Esquerra. El Gobierno central avisó de inmediato por medio de Cristóbal Montoro que se trata de un impuesto «inconstitucional» y que, además, ha sido aprobado por un Ejecutivo sin legitimidad política, al estar en funciones.
El Consejo de Ministros aprobó hace dos semana el llamado impuesto cero para las entidades bancarias, lo que implicó la derogación de las cargas fiscales que tenían Andalucía, Extremadura y Asturias para las entidades financieras.
Este volantazo de Artur Mas se concretará además en la recuperación del impuesto de sucesiones, la subida del de transmisiones patrimoniales, la creación del gravamen sobre los pisos vacíos, sobre las bebidas con exceso de azúcar, sobre las centrales nucleares y sobre las grandes superficies y la repesca del impuesto de patrimonio. Todo este incremento fiscal, que ha provocado el rechazo de los empresarios, podría suponer unos ingresos adicionales para la Generalitat de unos mil millones, que mitigarían los 4.000 millones que tiene que recortar del gasto el Gobierno autonómico en los Presupuestos para el próximo año.