Estados Unidos alertó a España de un «grave problema» de seguridad en el Sahel

mateo balín MADRID / COLPISA

ESPAÑA

La zona, un cinturón de más de mil kilómetros de ancho que atraviesa el contiente africano del Océano Atlántico al Mar Rojo, es considerado el nuevo Afganistán

01 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La región del Sahel, el nuevo Afganistán africano, como definen los expertos en defensa, es un «grave problema» para la seguridad de España por tratarse del patio trasero de Europa. Con esta crudeza transmitió su «preocupación» el secretario de Defensa estadounidense, Leon Panneta, a su homólogo español Pedro Morenés durante la reunión bilateral celebrada en el Pentágono la pasada semana, según fuentes gubernamentales.

Panneta hizo esta introducción a Morenés sobre el Sahel, un cinturón de más de mil kilómetros de ancho que atraviesa el continente africano del Océano Atlántico al Mar Rojo, por la creciente inestabilidad en el norte de Malí y la presencia activa de grupos terroristas islamistas, entre ellos la sucursal de Al Qaida en el Magreb Islámico.

El secretario de Defensa consideró una mala noticia la proclamación del nuevo estado islámico de Azaward, al norte de Malí, donde se aplica a rajatabla las leyes integristas islámicas, y puso como ejemplo la paulatina extensión de la inseguridad a los territorios saharauis ocupados y a los campamentos argelinos de Tinduf.

Unos campos de refugiados, precisamente, que están de plena actualidad tras la liberación de los dos cooperantes españoles y una italiana el pasado 18 de julio, después de nueve meses de cautiverio, y la posterior decisión del Ministerio de Exteriores de repatriar al personal civil español, porque había «motivos fundados» para sospechar de un ataque terrorista procedente del norte de Malí, según explicó el ministro José Manuel García Margallo.

Con este panorama, Panneta conminó a Morenés a apoyar la operación militar que tiene previsto desplegar en Malí la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (Cedeao), formada por 15 países de la región, entre ellos Costa de Marfil, Burkina Faso, Nigeria o Senegal.

Después de dos meses de «evaluación técnica», el comité de Estado Mayor de la Defensa de la Cedeao tienen previsto anunciar el 9 de agosto el envío de unos 3.000 militares al país «para ayudar a restaurar el orden constitucional» tras el golpe de estado del pasado 22 de marzo.

Apoyo a Traoré

En resumen, se trata de apoyar el plan del presidente interino, Traoré para salir de la crisis institucional y política y «liberar» las zonas del norte del país, ocupadas por la milicia Ansar al Din vinculada a el Movimiento de Unidad y Yihad en África Occidental (Muyao), que retenía a los cooperantes, y los rebeldes tuaregs, más nacionalistas que salafistas.