El Gobierno y el PP lanzan una ofensiva para defender al rey

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Los socialistas confían en que la Casa Real dé explicaciones a la sociedad

18 abr 2012 . Actualizado a las 10:54 h.

El Gobierno y el PP salieron ayer en defensa del rey para contrarrestar las críticas que no cesan por su viaje a Botsuana y tras la aparición de los correos electrónicos que lo vinculan presuntamente a los negocios de Iñaki Urdangarin. Estas revelaciones dispararon todas las alarmas en el Ejecutivo, que dejó a un lado el perfil discreto que había mantenido hasta ahora en el asunto de la cacería para pasar a la ofensiva. El primero que intervino fue el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, que aseguró que la figura del rey es «el principal activo de la democracia» e hizo un llamamiento a la sociedad para que respete «profundamente» tanto la monarquía constitucional como a la persona. Añadió que, desde la transición, la Corona es la institución que más y mejor ha garantizado las libertades y contribuido a la prosperidad.

Le siguió el de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, que destacó la «disponibilidad» del rey para todas las tareas diplomáticas que le han encomendado. Destacó sus gestiones para que Arabia Saudí otorgara a un consorcio español el AVE entre La Meca y Medina, que hubiera sido «inalcanzable» sin su intervención.

El dirigente del PP Carlos Floriano denunció los «muchos excesos» cometidos por «destacados dirigentes» socialistas en sus críticas. Se negó a entrar en juicios personales para no «alimentar a quienes tratan de usar esta cuestión para generar tensiones en torno a una institución y hacer un flaco favor a la democracia». El portavoz popular en el Congreso, Alfonso Alonso, señaló que la monarquía se ha ganado el prestigio durante 30 años y continúa siendo una institución «de referencia e imprescindible para la estabilidad de España». También expuso su «plena confianza» en el rey después de que el exsocio de Urdangarin lo implicara por sus supuestas gestiones en favor del negocio de su yerno.

Mientras el PP lanzaba esta ofensiva a favor del monarca, los socialistas obviaban el asunto de la posible intervención de don Juan Carlos en los negocios del duque, no entraban en valoraciones sobre su papel histórico y acentuaban la presión para que dé una respuesta. De la posición inicial de no comentar sus actividades privadas han pasado en cuatro días a emplazar a la Zarzuela a que se explique.

El lunes, el lendakari Patxi López y Gregorio Peces-Barba señalaron que debía disculparse. Incluso el secretario general del partido, Alfredo Pérez Rubalcaba, dio a entender que no le había gustado su actuación y se lo diría en privado. Soraya Rodríguez profundizó ayer en la misma línea. La portavoz parlamentaria señaló que «el rey es conocedor de la situación de malestar que se ha generado» y mostró su confianza en que «la Casa Real se dirija a la sociedad española y diga algo al respecto».

La nota discordante en el PSOE fue una vez más José Bono. Lejos de reclamar excusas, se desmarcó y tachó de «necios» a los que critican a don Juan Carlos. El expresidente del Congreso admitió que este pudo haber cometido «un error porque es humano», pero exigió que no se le juzgue porque esta vez pueda «haberse equivocado, ya que lleva toda la vida acertando».

«He estado trabajando»

Ayer, a la salida de las visitas al rey en el hospital, periodistas preguntaron a don Felipe si está preocupado por la polémica generada, pero este entraba ya en su vehículo. Minutos después le tocó a la infanta Elena, que, al ser interrogada sobre cómo su padre está asimilando todas las críticas, comentó: «No he oído nada, he estado trabajando».