Si ETA deja las armas, el Gobierno será muy exigente en la verificación

Ramón Gorriarán MADRID/COLPISA.

ESPAÑA

El presidente reunirá a todos los partidos para preparar una respuesta común si la banda renuncia a la violencia

11 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

José Luis Rodríguez Zapatero advirtió ayer a ETA de que el Gobierno no se va a creer por las buenas un hipotético anuncio del final de la violencia. La organización terrorista, dijo, tendrá que «poner encima de la mesa» pruebas que convenzan de que va «en serio», y las evidencias que se requerirán serán de «gran exigencia». En todo caso, señaló que si ETA da ese paso su primera medida será convocar a «todas las fuerzas democráticas» para «compartir» la respuesta. Nadie en el Gobierno, hasta ahora, se había adentrado en conjeturas sobre el anuncio de la renuncia a las armas de la organización terrorista, pero el jefe del Ejecutivo dio ayer unos tímidos pasos en esa dirección. «Quiero que sepan» la postura gubernamental para ese momento, dijo por toda explicación. Zapatero dejó sentado que no se fía de ETA, «hay que desconfiar» después de todo lo que pasó en el anterior alto el fuego y su abrupta ruptura con la voladura del estacionamiento de coches en la T-4 de Barajas. La desconfianza en el Gobierno y en la sociedad «es grande», subrayó, y la suya, acotó, «muy profunda». Pero dicho esto, admitió que el Ejecutivo tiene que contemplar «todas las hipótesis», incluida la del final definitivo de la violencia y hasta la disolución de ETA. El Gobierno, añadió, debe contar con «un plan B» ante esa eventualidad, «y hasta un plan C». Zapatero adelantó que las actuaciones en ese contexto de ausencia de violencia tendrán que estar consensuadas con todas las fuerzas democráticas, porque la respuesta en ese escenario tendrá que ser «de todos». El presidente del Gobierno no mencionó en una entrevista concedida a la cadena Ser si entre las exigencias para aquilatar la sinceridad de un cese definitivo de la violencia estaría una verificación internacional del desarme, una cautela que han planteado los mediadores sudafricanos e irlandeses que están en contacto con la izquierda aberzale. Esta medida se puso en práctica en el proceso de paz de Irlanda y el IRA tuvo que entregar su armamento y explosivos a una misión internacional encabezada por un general canadiense. Zapatero, con todo, se mostró optimista y confió en que «antes o después» va a llegar ese comunicado de ETA con el esperado anuncio del final de la violencia. El mensaje del pasado domingo forma parte, a su juicio, de ese proceso que «no será fácil» porque no hay «experiencia» y «costará» culminar con éxito.