El asedio a Garzón perjudica al PP

Manuel Campo Vidal

ESPAÑA

Algunos medios de la derecha, que lo jalearon cuando perseguía a socialistas por el GAL, hacen las portadas más feroces contra el juez

18 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El panorama político es desolador. En solo tres semanas la opinión pública, ya dividida, se ha atrincherado peligrosamente y la agresividad se ha disparado. Algunos medios de la derecha, que jalearon a Baltasar Garzón cuando perseguía a socialistas por el GAL, deparan las portadas más feroces contra este polémico juez que sufre un trato humillante por una parte de sus colegas. Indignados por ello, ciudadanos que hasta hace poco criticaban al juez, o eran indiferentes, se suman a la ola de apoyos. Inquietos ante ese movimiento, algunos dirigentes del Partido Popular arremeten contra quienes se suman a la defensa, sindicatos incluidos.

Entretanto en el exterior, se vuelve a hablar de España pero a propósito de su división en dos. En Argentina, por ejemplo, el episodio está a diario en la prensa. Y no se recuerda otro ciudadano español que haya merecido tres editoriales de apoyo en la prensa británica en un mismo día, salvo el Rey cuando sustituyó a Franco en la Jefatura del Estado. Esos son los rasgos principales de la crónica del asedio a Garzón.

Si a ello se suma la tensión en Cataluña a propósito de la sentencia del Constitucional -estimulada por los medios que promueven la vuelta al poder de Convergencia- se completa un cuadro de opinión caracterizado por una tensión que va a más. Tendremos que agradecer a Florentino Pérez y a Joan Laporta el espectáculo de cordialidad ofrecido el viernes cuando la Copa de la Champions ganada por el F.?C. Barcelona el 2009 se depositó en el Ayuntamiento de Madrid a la espera de la final del 22 de mayo. ¡Cómo estarán de mal las cosas para que los máximos rivales futbolísticos irradien concordia!

Cacería contra Garzón

Influye en lo que está sucediendo que esta cacería contra Garzón, en la que se ha autorizado a participar incluso al capo de la Gürtel Francisco Correa, presuntísimo corrupto y corruptor de cargos populares, tenga aspectos estéticos, más allá de los políticos y morales, que sublevan. Aunque criticada por la derecha, es ampliamente compartida la opinión de José Blanco al que «cuesta aceptar que a propuesta de la Falange se siente a un juez en el banquillo».

Quizás muchos desconozcan el depósito de resentimiento que se oculta tras la organización autodenominada Manos Limpias, pero todo el mundo sabe qué fue la Falange, que en algunas de sus ramas se jactaba de apellidarse «exterminadora», y quién es el capo Correa.

El asunto que interesa, y del que apenas se habla, se refiere a las consecuencias de esta refriega política. ¿Aporta algo positivo lo que está sucediendo al clima de convivencia del país? ¿Beneficia a la Monarquía parlamentaria la reaparición de banderas tricolor de la República en todas las manifestaciones de apoyo a Garzón? ¿Beneficia al Partido Popular que sectores crecientes de la izquierda adormecida, o desengañada, se pongan en marcha porque creen que se están dinamitando conquistas democráticas de la transición? ¿Les compensa? Es posible que todo esto tape durante días la operación Gürtel, como Esperanza Aguirre quiere tapar con el Gürtel el escándalo de sus espías a Ruiz Gallardón. Pero la argumentación más repetida en las llamadas a la movilización en la redes sociales se resume así: «Si esto sucede cuando aún están en la oposición, qué será cuando recuperen el poder. Pásalo». Y con esa conclusión se aparca la crítica, incluso ácida, a la gestión de Zapatero sobre todo en esta segunda legislatura.

Jugar al cerrojo

Así las cosas, el PP, que optó por jugar al cerrojo y defender la ventaja que lleva en las encuestas suspirando por el fin del partido, está teniendo más movilización enfrente de la que tenía hace un mes. Y, de seguir así las cosas, menos de la que tendrá el mes que viene. El PP se aferra a un argumento para intentar ganar: la crisis económica devastadora de puestos de trabajo.

«Sin hacer más, sin tomar riesgos ganaremos, salvo que haya una recuperación económica espectacular», sostienen algunos dirigentes. Es muy probable. Pero arremeter contra Garzón dando amparo a la venganza de la extrema derecha política, mediática y judicial es un riesgo al parecer no suficientemente calculado.