El Papa envía a España a uno de sus diplomáticos más dialogantes

ESPAÑA

El italiano Renzo Fratini será quien sustituya al portugués Manuel Monteiro al frente de la nunciatura en Madrid

21 ago 2009 . Actualizado a las 12:05 h.

El papa Benedicto XVI, que en el verano del 2011 visitará Madrid para presidir la Jornada Mundial de la Juventud, ha decidido situar al frente de su nunciatura en España a uno de sus diplomáticos más dialogantes, Renzo Fratini. El prelado italiano, que desde el 2004 se encontraba al frente de la complejísima nunciatura de Nigeria, tras haber desempeñado anteriormente su labor en países como Indonesia o Pakistán, será quien sustituya a Manuel Monteiro como máximo responsable de la diplomacia vaticana ante el Gobierno de Rodríguez Zapatero.

Monteiro, que se despedirá de Madrid con una Eucaristía que presidirá el día 30, ocupará a partir de ahora en Roma la secretaría de la Congregación para los Obispos. Un destino bastante más tranquilo -y desde el que no debería resultar muy complejo llegar al capelo cardenalicio-, con el que la Santa Sede premia el esfuerzo de un diplomático que se esforzó, con el apoyo del sector moderado de los obispos liderado por Ricardo Blázquez, en mantener abierto el diálogo entre el Ejecutivo socialista y la mayoría conservadora del episcopado español, que el cardenal Rouco liderada de manera incuestionable desde hace muchos años.

Es cierto que la Santa Sede se ha sentido profundamente herida por el proyecto socialista de la ampliación de la ley del aborto. Una reforma que causó un profundo dolor al Papa. Y tampoco coincide, precisamente, con la visión que el Gobierno de Zapatero tiene de la familia. Pero, aun así, en los resbaladizos pasillos vaticanos no siempre ha despertado entusiasmos la beligerancia mostrada por la cúpula de la Conferencia Episcopal frente al Gobierno de un país que sigue siendo una de las grandes referencias del orbe católico. Y aunque también es verdad que el cardenal Rouco, que además de presidir la Conferencia Episcopal está al frente de una de las más importantes diócesis del mundo, la de Madrid, goza de la máxima confianza de Benedicto XVI, entre la curia vaticana, donde la diplomacia es más que un arte, a veces sus maneras no han gustado.

La sustitución de Monteiro por Fratini está cargada de un profundo contenido simbólico. Deja la nunciatura en Madrid un diplomático cuyas diferencias con Rouco jamás han sido un secreto, y que quizás no siempre consiguió superar con éxito los obstáculos que encontró a su paso. Baste observar, como prueba de ello, lo que hoy es el perfil mayoritario del episcopado español, en el que el cardenal de Madrid aparece tan reflejado. Buena parte de de las más brillantes figuras intelectuales y pastorales de la Iglesia se han quedado en sus cátedras universitarias y no han llegado jamás al episcopado por el mero hecho de tener una cierta aura «progresista».

Una difícil tarea

Renzo Fratini tiene ante sí ahora, entre otros retos, el de lograr dar un giro al episcopado hispano, llevando a la mitra a personalidades capaces de mantener abierto el diálogo entre la Iglesia y toda la sociedad. Y tendrá que conseguir, además, que a poco más de un año de la visita de Benedicto XVI (que podría visitar también, al menos durante unas horas, Santiago de Compostela), las relaciones entre la Santa Sede y el Gobierno socialista vayan suavizando las aristas.

A su favor cuenta con la capacidad de diálogo de María Teresa Fernández de la Vega, que siempre ha sido reconocida y muy valorada en Roma. Con el apoyo de los obispos más moderados. E incluso con la inteligencia de Rouco Varela, que sabe que toda cuerda puede romperse a fuerza de tensarla.