ETA guardaba en un garaje subterráneo de Grenoble (este de Francia) media tonelada de productos explosivos y recipientes metálicos acondicionados para confeccionar megabombas de tipo grosni, como las empleadas en el atentado contra el aeropuerto de Barajas. El zulo fue denunciado por el propietario de la cochera, que la había alquilado en diciembre a un francés que le presentó documentos de identidad falsos y le pagó en metálico tres meses por adelantado.
El dueño, un joven estudiante de 21 años, acudió el domingo por la tarde a inspeccionar el local, desconfiado por el impago de las mensualidades correspondientes a marzo y abril por parte de un inquilino del que no había vuelto a tener señales de vida. Al abrir la puerta de la cochera, situada en el interior de un garaje subterráneo en pleno centro urbano, descubrió recipientes de contenido sospechoso que en principio pensó que era droga. En la buena pista lo puso la visión de unos tubos de PVC como los que se suelen emplear como lanzadera de proyectiles, en los que estaba estampado el anagrama de ETA.
Avisada del hallazgo, la Seguridad Civil de Grenoble alertó al servicio de bomberos, que envió al lugar una unidad especializada en intervenciones con riesgo químico. Tras comprobar que no había riesgo de explosión, artificieros y agentes de la Policía Técnica y Científica registraron el escondite entre la expectación de los vecinos. En el inventario provisional se han contabilizado un total de 450 kilos de nitrato amónico y aluminio en polvo, sustancias con las que ETA elabora amonal, uno de sus explosivos de fabricación propia. También había una trituradora, aparato que se utiliza para moler, machacar y desmenuzar las materias primas empleadas en la fabricación de ese tipo de pólvoras artesanas. Además, se localizó un bidón con 50 litros de nitrometano, combustible al que ETA recurre últimamente para producir amonitol. Este explosivo líquido, de fuerte poder destructivo, es el resultado de mezclar en las dosis apropiadas nitrato amónico, polvo de aluminio y nitrometano, las tres sustancias guardadas en Grenoble. Los investigadores se inclinan por considerar el garaje de Grenoble un depósito para almacenar componentes para esas bombas caseras de muy grueso calibre. La ausencia de detonadores y mascarillas para protección de las vías respiratorias parece indicar que allí no se hacían las mezclas, muy volátiles y polvorientas.