El vacío de poder y el silencio de Rajoy inquietan al PP

Magis Iglesias

ESPAÑA

28 mar 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El silencio de Mariano Rajoy sobre el discurso de oposición que se propone defender en la nueva legislatura y el equipo parlamentario que lo acompañará ha aumentado la inquietud de sus dirigentes, que se sienten huérfanos de directrices en este período de transición a la nueva legislatura.

La alarma crece por el mutismo del secretario general, Ángel Acebes, que ha dado un paso atrás aunque se mantiene en el cargo, mientras que el portavoz parlamentario, Eduardo Zaplana, apura los últimos minutos de protagonismo cuando ya ha formalizado su renuncia, en tanto que su homólogo en el Senado, Pío García Escudero, permanece en el anonimato.

El tiempo de espera que estableció Rajoy en el comité ejecutivo tras la noche electoral se le está haciendo eterno a sus dirigentes. Tras anunciar que permanecería como líder de la oposición y candidato a la reelección en el próximo congreso del PP, abrió un plazo de reflexión que todavía se prolonga a escasos días de que se constituya el Parlamento. Por otra parte, los populares echan de menos una línea clara sobre el discurso del partido para la nueva legislatura y se sienten desasistidos en estos momentos de atasco.

La calma que reina en la séptima planta de la sede del PP, desde donde el presidente trabaja en la definición de su equipo, los nombramientos en el grupo parlamentario y la puesta en marcha del congreso, contrasta con los movimientos subterráneos que surcan la organización en otras dependencias del partido.

Respuesta a Aguirre

«Alarmados y deprimidos» se confiesan muchos dirigentes, que se lamentan del protagonismo del que disfruta el PSOE llevando la iniciativa política en una semana que les parece clave para el curso que comienza. Algunos temen que la decisión de Rajoy de permanecer en el liderazgo no tenga más recorrido en un proyecto nuevo y un equipo renovado. Sospechan que su puñetazo en la mesa haya sido solo una respuesta pasional a los intentos del sector de Esperanza Aguirre por ocupar su lugar.

Quienes confían en que Rajoy deshoje la margarita el lunes con las respuestas a todas las preguntas pendientes advierten de que la solución no será definitiva porque la actual dirección tendrá que mantenerse hasta el mes de junio.

Mientras en la cúpula reina el silencio establecido por el presidente, en las bases surgen voces diversas que piden renovación y algunas, curiosamente, por boca de políticos con experiencia en cargos de dirección, como es el caso del responsable de relaciones internacionales del PP, Jorge Moragas. «Yo solo hablo de mí y del ámbito de mis responsabilidades», puntualizó Eduardo Zaplana, quien insiste en que renuncia a la portavocía para facilitar la renovación.