Una prueba olvidada en el caso Aldaya permite condenar a dos etarras

La Voz EFE | MADRID

ESPAÑA

BERNARDO RODRÍGUEZ

Vicario Setién y José Ordóñez, penados con 17 años por el secuestro de Cosme Delclaux El empresario tuvo que escuchar una radio mal sintonizada sus 232 días de cautiverio

28 may 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

La Audiencia Nacional ha condenado a 17 años y medio de prisión a los etarras Gregorio Vicario Setién y José Ordóñez Fernández por el secuestro del abogado y empresario Cosme Delclaux, quien permaneció 232 días recluido -desde el 11 de noviembre de 1996 hasta el 1 de julio de 1997-, en un zulo en Irún. En la sentencia, el tribunal destaca una prueba de ADN para corroborar la participación de Vicario Setién en el secuestro, muestra encontrada en el zulo y que fue aportada por la Fiscalía. Esta misma prueba no fue presentada el pasado año por ninguna de las acusaciones -Fiscalía y Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT)- en el juicio por el secuestro de José María Aldaya, quien estuvo en el mismo zulo que Delclaux, a pesar de que ya disponían de ella, lo que llevó al tribunal que juzgó esos hechos a absolver a Vicario Setién de ese secuestro. En el fallo notificado ayer, la Audiencia Nacional condena también a los acusados a indemnizar a la víctima con 250.000 euros y a su padre con 6.010.121 euros, la cantidad que abonó la familia por el rescate. El tribunal considera probado que Vicario Setién y Ordóñez Fernández, junto con una tercera persona no juzgada por estos hechos y otras dos que ya han sido condenadas, formaban parte de un comando terrorista de ETA que, siguiendo las instrucciones del dirigente de la banda José Javier Arizcuren Ruiz, Kantauri , decidieron llevar a cabo una acción contra Cosme Delclaux. Para ello, tras adquirir un local en el barrio de Ventas de Irún, construyeron un habitáculo de 90 centímetros de ancho por 3 metros de largo y una altura de 1,94 metros, sin ventilación ni comunicación con el exterior y con acceso a unas dependencias que simulaban un almacén y con una apertura mecánica oculta. En la tarde del 11 de noviembre de 1996, cuando el empresario vasco se disponía a coger su vehículo de un aparcamiento cerca de las oficinas en las que trabajaba, Setién y Ordóñez lo abordaron y tras exhibirle un arma lo introdujeron en el coche, para posteriormente meterlo sedado en el maletero de otro vehículo propiedad de uno de los ya condenados, en el que lo trasladaron al zulo. En ese habitáculo permaneció 232 días «sin más iluminación que una bombilla de 40 vatios, sin disponer de ducha ni de otro mobiliario más que una pequeña mesa de cámping, una silla y un colchón en el suelo». Secuela psíquica La sentencia relata como Delclaux estuvo «escuchando una radio mal sintonizada permanentemente durante las 5.568 horas, 344.080 minutos, 20.044.800 segundos que duró su cautiverio». Destaca que a consecuencia de esta «dura y traumática vivencia», Delclaux ha experimentado una «grave secuela psíquica que ha incidido de manera significativa en su vida personal, social y profesional».