Garzón investiga a empresarios vascos por financiar voluntariamente a ETA

La Voz C.C. | MADRID

ESPAÑA

Un industrial guipuzcoano, imputado tras reconocer que realizó pagos en dinero y en especie José Luis Areizaga, detenido, esposado e incomunicado, aseguró al juez que accedió por «miedo»

16 ene 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón investiga a empresarios del País Vasco por financiar de forma voluntaria a ETA. Sus nombres figuran en un listado de donantes hallado en poder del ex jefe de los comandos operativos Francisco Javier García Gaztelu, Txapote, que fue detenido en la localidad vascofrancesa de Anglet el 22 de febrero del 2001. El magistrado estima que dar dinero a ETA podría ser delito de colaboración con banda. Las indagaciones se enmarcan dentro de una instrucción mucho más amplia sobre las finanzas etarras -que incluye las redes del impuesto revolucionario- y que Garzón lleva a cabo en riguroso secreto desde 1998. Ha interrogado desde entonces en su despacho a decenas de industriales extorsionados o que entregaron dinero a los recaudadores de la banda. En ocasiones, se llevaron a cabo por la noche e incluso de madrugada para preservar la seguridad de los implicados y proteger la opacidad del sumario. Una de las vías del proceso investiga a industriales que habrían hecho deliberadamente pagos, bien por su disposición a ayudar a la construcción de Euskal Herria o para mostrar su conformidad y eludir complicaciones. La peculiaridad de la lista es que diferencia entre los que pagan por chantaje y los que lo hacen, en dinero o especie, de forma voluntaria y a veces, sospecha el juez, incluso de buen grado. ETA coloca a los industriales del listado bajo epígrafes diferentes y les otorga códigos en clave según su disposición. Entre los voluntarios, según estas fuentes, figura el empresario de Tolosa (Guipúzcoa) José Luis Areizaga, de 56 años, dueño de las tiendas de deportes Aralar Kirolak, que ayer fue interrogado por Garzón después de que la policía lo detuviera imputado por colaborar con ETA. Areizaga contó al juez que en el 2000 recibió una carta en la que los terroristas le exigían 4 millones de las antiguas pesetas y le citaban en Saint Jean Pie de Port, donde debía entregarles el dinero. El empresario acudió y habló con dos individuos a los que dijo que no podía asumir tal cantidad, pero ofreció entregarles material deportivo. Según su relato, no contestaron a su oferta hasta que recibió una segunda carta en la que le citaban en Sokoa, donde entregó 500.000 pesetas a otro etarra que le comunicó que aceptaban su oferta de pago especie. Y hasta el 2003, Areizaga realizó otras tres entregas de material (chándales, camisetas, botas... por valor de 700.000 pesetas) a personas de Gestoras pro Amnistía, que lo distribuían entre los reos. El empresario, esposado e incomunicado, aseguró al juez que accedió por «miedo» sobre todo a las represalias de jóvenes de la violencia callejera, que le conocían y frecuentaban sus tiendas. También recordó que en su comarca fueron asesinados José María Korta, Juan María Jáuregui y Mikel Uribe por plantar cara a ETA.