Con más de un siglo de historia a sus espaldas, el conocido grupo caribeño ofrece esta noche el que, aseguran, será su «último» concierto en Madrid.
05 ago 2002 . Actualizado a las 07:00 h.Quintaesencia de la tradición del oriente cubano, con sus ritmos de sol y agua, la Vieja Trova Santiaguera vive desde finales del siglo XIX para alborozo de los aficionados al son. Memorable formación que tuvo antecedente en otras como El Cuarteto Patria, La Estudiantina Invasora, Los Batey o Los Compadres, nombres todos ellos sugestivos. Jubilados ya, casi para el homenaje, volvieron a la arena pública en 1993 para romper increíblemente a nivel internacional. Tenían entonces todos ellos entre 60 y 80 años, pero eso no fue impedimento para poner las bases del boom a nivel mundial del bolero, el son y la guaracha durante los años noventa. Extraen su repertorio de Antonio Machín, María Teresa Vera y el Trío Matamoros, aunque también se atreven con alguna que otra versión de Pablo Milanés e incluso han grabado una adaptación en clave son de La vida sigue igual, de Julio Iglesias. Su quinto disco, Dominó (2000), contó con la colaboración del rumbero español Peret. Ahora reaparecen con El Balcón del adiós, su despedida de los escenarios y de los estudios de música. Se trata de un disco alegre, especial para la ocasión, que están presentando durante este 2002 por toda España. Hoy aterrizan con sus guitarras y sus tambores en la sala Clamores jazz de la capital (22.30 horas), en un concierto, quizá el último en España, de una formación centenaria que ha hecho bailar a medio mundo con sus ritmos salseros. Dicen que con ellos se escapa gran parte del encanto de Cuba, aunque con Celia Cruz permanece intacto ese otro pedazo que parece no temer el paso del tiempo.