Una policía que falla en lo principal

La Voz

ESPAÑA

MIGUEL ÁNGEL SOUTO ANÁLISIS

24 nov 2001 . Actualizado a las 06:00 h.

a Ertzaintza está a punto de cumplir dos décadas y nunca ha sido tan golpeada por ETA como este año. Entre 1985 y el 2000, los terroristas habían asesinado a nueve ertzainas; en los últimos ocho meses, han matado a cuatro. Los sindicatos del cuerpo respiran tensión y podemos encontrarnos en el umbral de un importante cambio de rumbo. La policía autónoma es un objetivo del Estatuto de Autonomía en el que el Gobierno vasco ha puesto muchos medios: cuenta con 26 comisarías abiertas y 7.350 agentes, lo que da un ratio de policías por mil habitantes de 10,5, cuatro veces superior al de la media española. Pero esta cantidad no va acompañada de la calidad en los resultados, especialmente en la lucha antiterrorista. Tanto el Cuerpo Nacional de Policía como la Guardia Civil se han quejado en los últimos años de lo mismo que denuncian muchos ertzainas porque es patente: ineficacia contra ETA. Por poner uno de muchos posibles ejemplos, en el ingente campo de la violencia callejera: más de cien coches particulares de ertzainas han sido quemados por radicales sin que se haya arretado a nadie. El motivo, según los propios agentes vascos, es la falta de modelo y planificación policial y -dicen los que hablan más claro- el control político de este cuerpo. Al fin y al cabo, están dirigidos por un Gobierno que no cree que se pueda vencer al terrorismo por la vía policial. La Ertzaintza es una policía integral: se ocupa desde la investigación criminal a la regulación del tráfico, desde la desactivación de explosivos a la recogida de perros abandonados. Pero falla en el punto clave. Ahora negocia su colaboración con la Guardia Civil y la Policía, ahora que ETA les apunta directamente.