Madrid: tenemos un problema

La Voz A CORUÑA

ESPAÑA

Por Tomás García

14 may 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

Las radios, que apenas se apagaron un rato para dormir, se despertaron el 14-M con resaca de botellón. «Apenado, decepcionado, pesimista», decía sentirse en Radio Nacional Vidal de Nicolás, el presidente del Foro de Ermua. Alfonso Rojo, en Onda Cero, admitía una sensación de «ardiente fracaso». En la Cope, a Jiménez Losantos estas elecciones le recordaban a las generales de 1993 -aquellas en las que, en un soplido, hubo que cambiar el Pujol, enano, habla castellano por el Pujol, guaperas, habla lo que quieras-. Argumentaba el opinador múltiple que también en aquellos comicios «una parte de la sociedad tenía la necesidad del cambio, pero el voto del miedo supuso una retracción del voto mayoritario». En la cadena episcopal, el defensor del oyente, Matías Antolín, recuperó para el debate la reflexión del sociólogo Javier Elzo, para quien esta campaña pasará a los anales del periodismo como ejemplo de falta de independencia. El tertuliano Antonio Casado fue el primero en señalar que «los periodistas también son ciudadanos, y esta campaña desbordó los límites del periodismo». Germán Yankee, por su parte, instó a Elzo a que explique «qué es sociología independiente». Jiménez Losantos zanjó el tema porque «hablar de independencia cuando se asiste a un holocausto no es independencia, sino complicidad». En la Ser, menos lágrimas y más análisis: «El PNV tiene en sus manos hacer la operación generosa y no avanzar por la línea soberanista», señaló Iñaki Gabilondo. Mientras, González Urbaneja era más pesimistas: «En Euskadi había hasta ayer un problema de violencia; ahora, además, tenemos un problema serio de autodeterminación». ¿Y en los medios aberzales? Gara, a todo trapo, se apuntaba la victoria: «Mayoría abertzale, dirección abertzale». El peneuvista Deia, al tiempo, dejaba las cosas claras: «Ni un retroceso, ni un paso atrás en la defensa de nuestra identidad. Ha llegado la hora de la plena soberanía».