El testamento que nunca se cumplió

REDACCIÓN A CORUÑA

ESPAÑA

La sociedad española escogió hace 25 años seguir su propio camino, sin hacer caso de la última voluntad de Franco «Españoles, Franco ha muerto». Esta frase, pronunciada por Carlos Arias Navarro, cumple hoy 25 años. El entonces presidente del Gobierno comparecía ante las cámaras de televisión a las diez de la mañana del 20 de noviembre de 1975 para hacer oficial la noticia del fallecimiento del dictador. Vestido de luto riguroso y con lágrimas en los ojos, Arias Navarro lamentó la desaparición del «hombre de excepción», cuya muerte dejaba al pueblo español «sumido en la angustia infinita de su orfandad». Después, con gesto teatral, el presidente del Gobierno extrajo de su bolsillo un papel y procedió a su lectura. Era el «testamento político» de Franco.

19 nov 2000 . Actualizado a las 06:00 h.

La larga agonía del dictador había creado una gran incertidumbre. ¿Qué pasaría después de la muerte de Franco? En su lecho de muerte, el Jefe del Estado había redactado, de su puño y letra, un texto en el que expresaba su última voluntad. En aquel mensaje, Franco describía el paisaje que él hubiera querido para España tras su muerte. Tras «perdonar» a sus enemigos y agradecer a los que habían colaborado en la tarea de «hacer una España unida, grande y libre», el dictador ratificaba a don Juan Carlos como su sucesor: «Os pido que rodeéis al futuro Rey, don Juan Carlos de Borbón, del mismo afecto y lealtad que a mí me habéis brindado». Franco tampoco quiso despedirse sin alertar por última vez sobre el peligro que representaban «los enemigos de España y de la civilización cristiana», entre los que, sin duda, se encontraban los comunistas. Mal podía imaginarse entonces que, en menos de dos años, el PCE sería legalizado. Tampoco era previsible el actual modelo de Estado descentralizado. La voluntad de Franco era que se mantuviera «la unidad de la Patria» aunque, eso sí, «exaltando la rica multiplicidad de sus regiones». Lo cierto es que en los últimos veinticinco años han cambiado muchas cosas. Poco queda de aquella España que, con el tiempo, se ha convertido en un recuerdo cada vez más borroso.