El cóctel del Congreso y su cola

Juan Carlos Martínez REDACCIÓN / LA VOZ

ELECCIONES 2016

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Pablo Iglesias sale trasquilado por acudir a la recepción y luego denostar ese tipo de actos

07 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Que el Día de la Constitución haya caído en plena campaña electoral fue un buen motivo para que todos los partidos políticos hicieran ayer una jornada prácticamente monográfica sobre la Carta Magna, con homenajes a su pasado y proyecciones diversas sobre su futuro.

Los líderes de las principales formaciones que compiten por un puesto en el Parlamento acudieron a la recepción que tuvo lugar en el Congreso de los Diputados. Faltó Alberto Garzón, candidato de Unidad Popular, e hizo gala de su ausencia: «A diferencia del resto de partidos, no nos hemos quedado en el Congreso a celebrar la Constitución de 1978. Queremos una #NuevaConstitucion», decía un tuit de los suyos. Los seguidores de Izquierda Unida y sus socios se manifestaron en varias ciudades para reclamar la reforma constitucional, y las redes reprodujeron sus mensajes cívicos, democráticos y republicanos.

Una vez más, Garzón se arriesgó y pidió en Twitter que se completara con algún mensaje una imagen de una supuesta página de la Constitución del 2016. La red se llenó de buenos deseos, pero también de alguna maldad, como un montaje con una especie de martillo neumático rematado en un puño cerrado.

El fin de los cócteles

Pedro Sánchez y Albert Rivera departieron amablemente con el presidente del Congreso y con miembros del Gobierno saliente en el salón de plenos. También lo hizo Pablo Iglesias. Pero después del acto, en una concentración de simpatizantes y ante los micrófonos de la prensa, declaró que «hemos estado allí para que nos vean; hemos sido respetuosos y educados porque formamos parte del futuro de nuestro país, pero el futuro de España no se va a construir en cócteles». La contradicción de no querer estar pero estar (en el cóctel) no pasó desapercibida a los observadores de las redes sociales: muchos de ellos recalcaron, a veces con bastante acidez, que no se puede repicar y estar en la procesión al mismo tiempo.

Otros comentaristas, más preocupados por las formas, desaprobaron el que Iglesias compareciera en un acontecimiento solemne en mangas de camisa, en contraste con el trajeado número dos de su formación por Zaragoza, el militar Julio Rodríguez. Desde la izquierda radical, la crítica también alude a la presencia del politólogo en mangas de camisa, pero en este caso no para pedirle que se ponga corbata, sino para afirmar que su apariencia es un disfraz populista en un entorno reaccionario.

En Galicia, los cuchillos virtuales se afilaron para pinchar a Xosé Manuel Beiras: por aparecer en convocatorias de la coalición en la que está integrado con rótulos en español y por participar ayer mismo en un debate en Internet junto a Pablo Iglesias y Mónica Oltra. La pelea entre nacionalistas gallegos se recrudece.

Puente anticonstitucional

La fiesta de la Constitución está ya tan asentada que la celebran incluso quienes no hacen caso de la Carta Magna. Unos cuantos tuiteros catalanes recibieron bastante mal la información de que algunos miembros de la coalición Junts pel Sí empaquetaran el viernes sus pertrechos para irse de puente a la Costa Brava.

Es posible que las acusaciones de este gran hermano popular y difuso que son las redes sociales hagan volver a sus despachos a los citados próceres del independentismo. Si se atreven a darse un paseo por las playas de Begur o de Calella de Palafrugell, hoy mismo los veremos retratados.