El martilleo de la corrupción

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente LA MIRADA

ELECCIONES 2016

04 jun 2015 . Actualizado a las 12:27 h.

Prepotencia, triunfalismo, falta de empatía social y corrupción elefantiásica. Este ha sido el explosivo cóctel que ha llevado al PP a desplomarse el 24M. Y no son solo comportamientos atribuibles a Rajoy, sino una forma de actuar generalizada entre los dirigentes del partido y del Gobierno. Perder dos millones y medio de votos cuando la economía repunta y crece al 3 % es digno de estudio. Pero el discurso atosigante de la recuperación económica no basta, porque es ciego y sordo ante el sufrimiento de los millones de excluidos por la crisis, como demuestra la frase más desafortunada de la campaña electoral -«¿quién habla ya del paro?»-, pronunciada por el presidente del Gobierno en un país con 5,4 millones de desempleados, casi la mitad de ellos sin ningún tipo de cobertura. Un auténtico insulto a los ciudadanos que los diarios de Madrid eliminaron unánimemente de sus informaciones y que La Voz publicó en su primera página, como correspondía. Rajoy debería preguntarse por qué su partido provoca el rechazo frontal de tantos millones de ciudadanos y por qué tiene tan difícil llegar a pactos con otras fuerzas políticas. Y no se trata solo de cambiar personas ni es un problema exclusivamente de comunicación. Rajoy ahora admite errores, que no dice, y anuncia cambios. Si su diagnóstico es que la principal causa del batacazo electoral es que las televisiones han martilleado continuamente con los casos de corrupción del PP no cabe esperar mucho. Pero una cosa es cierta: si Esperanza Aguirre sigue desvariando, las cosas pueden empeorar aún más. Ya hizo alcaldesa a Manuela Carmena con su campaña sucia y ahora puede convertir a Pablo Iglesias en presidente.