Las dos fuerzas emergentes luchan por el voto de los electores decepcionados con los dos grandes partidos y que quieren un cambio
11 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Con su operación política de apoyar a los socialistas en Andalucía y a los populares en Madrid, Albert Rivera presenta las credenciales de Ciudadanos como partido de Estado, dispuesto a favorecer la gobernabilidad de las instituciones, y de centro, en medio del PP y el PSOE. Un espacio muy disputado donde se suelen decidir las elecciones.
Pero esa hábil estrategia, que le ha venido rodada gracias a la aritmética electoral, deja flancos por donde atacarle. Y así lo hizo ayer Podemos, que acusó a su partido de haberse convertido en una «muleta» del bipartidismo porque ha apuntalado «al PSOE de los ERE y al PP de Gürtel». Las dos fuerzas emergentes luchan por el voto de los electores decepcionados con los dos grandes partidos y que quieren un cambio. Por eso, la formación que lidera Pablo Iglesias ataca donde más puede doler a quienes depositaron su voto por Ciudadanos para romper el bipartidismo y ven ahora que ha servido en dos comunidades clave para que siga en el poder. Además, en dos autonomías en las que hasta ayer mismo se siguen practicando detenciones de dirigentes políticos por corrupción. Pero frente a esas acusaciones, Rivera destaca las concesiones que ha logrado de Susana Díaz y las que ya ha asumido Cristina Cifuentes, que dice no tienen precedente en democracia. En perspectiva, las elecciones generales en las que Rivera e Iglesias se la juegan.