Más sombras que luces en los acuerdos autonómicos entre PSOE y Podemos

Susana Luaña Louzao
susana luaña REDACCIÓN / LA VOZ

ELECCIONES 2020

Ada Colau (En Comú) gobierna el Ayuntamiento de Barcelona en coalición con el PSC,  con el ahora candidato del PSC, Jaume Collboni
Ada Colau (En Comú) gobierna el Ayuntamiento de Barcelona en coalición con el PSC, con el ahora candidato del PSC, Jaume Collboni Quique García

Tensiones internas amenazan las coaliciones de Baleares, Navarra, Valencia o La Rioja

15 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El pacto alcanzado en el año 2017 por el PSOE y Podemos para gobernar Castilla-La Mancha se ha puesto como ejemplo a seguir para el futuro Gobierno de coalición entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Pero ese pacto solo favoreció al PSOE, que el pasado mes de mayo logró la mayoría absoluta para García-Page. En las últimas elecciones autonómicas, los socialistas lograron la presidencia de seis comunidades gracias al apoyo de Podemos -en solitario o con otras fuerzas-, con acuerdos más o menos forzados que, en algunos casos, ya están dando lugar a tensiones internas, recelos o acusaciones mutuas entre los flamantes socios. 

valencia

El tripartito de Ximo Puig. El socialista Ximo Puig gobernó con estabilidad durante cuatro años en coalición con Compromís, pero los resultados del pasado 26M obligaron a incluir en el Gobierno valenciano a Podemos, que en la legislatura anterior se limitó a bendecir el pacto. La apuesta de Compromís -más bien de Joan Baldoví- por Más País el pasado 10N ya dio lugar a tensiones en el tripartito valenciano. 

navarra

La abstención de Bildu. La investidura de la socialista María Chivite gracias a la abstención de EH Bildu en Navarra será una losa por mucho tiempo para el PSOE, como se demostró en la campaña electoral por las acusaciones de la derecha. Pese a ser Navarra Suma la lista más votada, los socialistas gobiernan en coalición con Geroa Bai y Podemos, con el soporte externo de IU

la rioja

Cruenta batalla de Podemos. Fue uno de los Gobiernos autonómicos de más difícil investidura por la crisis interna que provocaron en Podemos las exigencias de su diputada Raquel Romero para apoyar la presidencia de la socialista Concha Andreu. Finalmente se consumó el acuerdo, pero a costa de dinamitar la dirección de la formación morada y sus alianzas con IU

aragón

Un cuatripartito «atrevido». El Gobierno aragonés se sustenta en un cuatripartito que sus propios líderes calificaron como una aventura «atrevida y apasionante». El socialista Javier Lambán logró la presidencia con el apoyo de IU y formó Gobierno con Podemos, la Chunta Aragonesista -que apoyó a Errejón el 10N- y el Partido Aragonés Regionalista, de corte conservador. 

baleares

Un tripartito con tensiones. Pablo Iglesias puso en campaña a Baleares como ejemplo de coalición por el acuerdo a tres bandas alcanzado entre el PSOE, Podemos y Més per Mallorca, que renovó la presidencia para la socialista Francina Armengol, pero no faltaron las tensiones en el reparto de consejerías ni las suspicacias por los supuestos tratos de favor a socialistas de la presidenta balear. 

canarias

El desalojo de Coalición Canaria. El PSOE recuperó el Gobierno que estuvo 26 años en manos de Coalición Canaria tras un acuerdo con Nueva Canarias, Unidas Podemos y Agrupación Socialista Gomera. Los socialistas perdieron así el «favor» de CC, que en la moción de censura que desalojó a Rajoy habían optado, en el último momento, por abstenerse para favorecer la investidura de Sánchez. 

barcelona

Los desencuentros de Ada Colau con el PSC. Al margen de las autonomías, en la Ciudad Condal Ada Colau fue reelegida alcaldesa de Barcelona gracias a un pacto con el PSC y tres votos de la candidatura de Manuel Valls. Pero las relaciones entre Barcelona en Comú y los socialistas siempre fueron difíciles; de hecho, ya habían roto en el 2017.

andalucía

Un escollo para el pacto. En Andalucía, principal granero de votos socialistas, el acuerdo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se topó con un fuerte escollo, ya que la líder de la formación morada, Teresa Rodríguez, se manifestó en contra del pacto.

El bipartito, o el riesgo de dos Gobiernos paralelos

El fracaso de la coalición entre Touriño y Quintana en Galicia planea sobre la alianza estatal

Si tal y como se especula, la coalición entre PSOE y Unidas Podemos pivota sobre tres vicepresidencias y la económica se la lleva Nadia Calviño, podría darse el arriesgado caso de que la reconocida economista se vea en la tesitura de defender unas medidas que entren en colisión con las políticas sociales de los ministros de Podemos en Moncloa. Podría darse el caso, incluso, de que lo que ate la gallega Calviño en Bruselas lo desate otra gallega, Yolanda Díaz, en Madrid si finalmente la diputada de Galicia en Común logra ser nombrada ministra de Trabajo o de alguna de las carteras sociales que le corresponda a Podemos. Es el riesgo que se baraja ya no solo en los foros conservadores, sino también entre los socialistas menos entusiasmados con el pacto, que temen que más que una coalición, España quede finalmente en manos de dos Gobiernos, uno liderado por el PSOE con las carteras que le correspondan, y otro más radical en manos de Unidas Podemos.

Ejemplos los hay, y Galicia lo vivió entre los años 2005 y 2009 con el bipartito formado por el PSOE y el BNG, que naufragó, sobre todo, por esas dos Administraciones paralelas. No hace mucho, el que fuera vicepresidente, Anxo Quintana, reconoció que uno de los motivos del fracaso de aquella experiencia había sido la falta de comunicación con el presidente, el socialista Pérez Touriño; una circunstancia que acabó convirtiendo las consellerías que regentaban cada uno de los partidos en compartimentos estancos. Hasta a la socialista Pilar Cancela se le escapó hace poco en una entrevista radiofónica que en su partido había preocupación por la posibilidad de que se gestase en Madrid un Gobierno «bicéfalo» como el que había tenido la Xunta con el bipartito, porque hasta la ciudadanía había percibido -a entender de Cancela- que había dos presidentes «y que uno actuaba a las espaldas del otro».

La derrota del bipartito dio lugar a la primera mayoría absoluta de Feijoo, que ahí sigue.