Competencia traspasa al Gobierno la decisión sobre la opa de BBVA a Sabadell

Lucas Irigoyen MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

Andreu Dalmau | EFE

Aprueba la operación con las condiciones planteadas por el banco vasco

01 may 2025 . Actualizado a las 00:58 h.

La reunión que se celebró este miércoles la Sala de Competencia de la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) acabó con la decisión de autorizar la opa del BBVA sobre el Sabadell. El acuerdo alcanzado permite seguir adelante al banco vasco con la operación.

De este modo termina el análisis que el supervisor inició el pasado 30 de mayo. Desde entonces ha requerido dos fases y un test de mercado, que finalizó este mes, para dar luz verde a la operación con la que la entidad que preside Carlos Torres pretende adquirir la vallesana. Así lo resolvieron los cinco vocales que conforman la Sala de Competencia del organismo y que tuvo que suspender su reunión el pasado lunes por el histórico apagón.

BBVA reformuló varios de sus compromisos a principios de este mes para asegurar una competencia en el acceso al crédito, principalmente de las empresas, un sector en el que Sabadell goza de especial posicionamiento. Entre las medidas que ofreció está la de mantener el volumen de préstamo a las pymes que tengan el 100 % de su cuota con las dos entidades afectadas. Una propuesta para los próximos tres años y con la opción de extenderla otros dos más. Del mismo modo ocurre con las condiciones de financiación para estas compañías en los 160 códigos postales donde, tras la fusión, se quedarían dos competidores o menos.

Estas propuestas se reforzaron con la promesa de mantener oficinas y servicios a particulares en los 160 códigos postales donde más se resentiría la competencia en caso de una fusión. Localidades que principalmente se sitúan en Cataluña, la Comunidad Valenciana y Asturias, así como en áreas concretas del País Vasco, Galicia, Murcia y el sur de Andalucía.

Son medidas que han convencido a la CNMC, pero que el Sabadell consideró insuficientes al entender que solo afectaban a las empresas que ya trabajan con los dos bancos, y que no resuelve los nuevos accesos al crédito. Insistieron en que esos compromisos solo llegarían a un 5 % de las pymes que trabajan con la entidad y al 1 % de su volumen de crédito.

Por ello el banco catalán trasladó la necesidad de que Competencia planteara medidas estructurales, como la exigencia del BBVA de que, en caso de fusión, tuviera que vender el negocio de empresas a otra entidad.

Ahora se abre un nuevo escenario, más delicado aún, y que entra de lleno en la política. El proceso queda en manos del ministro de Economía, Carlos Cuerpo. La Moncloa no ha visto la operación con buenos ojos por su carácter hostil y por el riesgo para la «cohesión territorial» que pueda suponer la pérdida de competencia en el acceso al crédito y los servicios bancarios. Sus objeciones deberían regirse por criterios más políticos, dado que la parte técnica se supone es el ámbito de actuación del supervisor, la CNMC.

Un precedente

En anteriores integraciones empresariales en España, solo una ha llegado a este punto, fue la fusión de Antena 3 y La Sexta; y el Gobierno de Rajoy rebajó las exigencias de Competencia.

Lo que pueda atascarse esta tramitación aporta un plus de incomodidad al BBVA. Su consejero delegado, Onur Genç, ya señaló este pasado martes que si la resolución —la entidad contó en un primer momento con cerrar la opa el pasado otoño— se va más allá de julio «sería muy mala noticia». Así que el tiempo corre en su contra.

Una vez esté el plácet del Gobierno sobre la mesa, el banco presidido por Carlos Torres debería analizar el impacto de las posibles nuevas exigencias en las sinergias de la operación, que estima en 850 millones de euros al año. Para, a continuación, lograr la validación de la Comisión Nacional de Mercado de Valores (CNMV) sobre el folleto de la opa para que los accionistas del Sabadell se posicionen.

Banco Sabadell criticó anoche la metodología empleada por la CNMC para aprobar la opa: «Banco Sabadell entiende que no es adecuada para analizar la unión de negocios bancarios para pymes y que, por tanto, no permite conocer las consecuencias que esta concentración tiene para esos clientes». Y ha recordado que serán los accionistas los que decidan si aceptan o rechazan la oferta de BBVA. Sabadell ha enfatizado que, con los precios de cierre de ayer, «aquellos que acudieran a la opa perderían un 7 %»

Por su parte, el presidente de BBVA, Carlos Torres, destacó anoche que los compromisos que ha presentado el banco para que la CNMC apruebe su oferta pública de adquisición sobre Banco Sabadell «preservan la competencia».

La operación entra en fase decisiva, con la incerteza sobre si Economía la elevará al Consejo de Ministros

 

C. alba

Tras el visto bueno del regulador, el siguiente paso será la revisión de la opa por parte del Ministerio de Economía, que tiene 15 días para decidir si eleva la oferta de BBVA al Consejo de Ministros. Entonces, se abrirá un plazo de otros 30 días en los que el Gobierno debe decidir, en la conocida como fase 3, si aplica o no nuevas condiciones a la operación, fuera del ámbito de la competencia.

El artículo 10 de la Ley de Defensa de la Competencia otorga al Gobierno la capacidad de valorar las concentraciones atendiendo a criterios de «interés general» distintos de la defensa de la competencia. En concreto, puede establecer nuevos requisitos en base al impacto sobre determinados factores: la defensa y la seguridad nacional; la protección de la seguridad o salud públicas; la libre circulación de bienes y servicios dentro del territorio nacional; la protección del medio ambiente; la promoción de la investigación y el desarrollo tecnológicos; y la garantía de un adecuado mantenimiento de los objetivos de la regulación sectorial.

Sin embargo, en su posicionamiento público, el Ejecutivo se ha centrado en cuestiones no recogidas en la norma, como la cohesión territorial, el mantenimiento del empleo o la inclusión financiera, en referencia al posible impacto que una posible fusión tenga para los clientes y los empleados de ambas entidades.

El Gobierno también tiene la posibilidad de aceptar el informe emitido por Competencia sin imponer nuevas condiciones, acelerando de este modo el final de la operación. En todo caso, sí podría influir anticipando un posible veto a la unión de ambas entidades, lo que implicaría una opa sin fusión que BBVA tendría que reflejar en el folleto que aprobará la CNMV antes de abrir el período de aceptación, cuando los accionistas podrán tomar ya una decisión.