Un informe del 2021 cifra en 38 los municipios gallegos que no tienen ni banco ni cajero y 250.000 personas de la comunidad tienen que desplazarse una media de tres kilómetros para disponer de efectivo
09 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Hace casi dos años, en el verano del 2021, antes de que la campaña online del jubilado valenciano pusiese el foco en el problema de la exclusión financiera de la ciudadanía de mayor edad, el Banco de España ya alertaba del alto riesgo que corrían las zonas rurales del país, Galicia, entre ellas. Cifraba en 1,3 millones de españoles (el 3 % de la población), 250.000 de ellos en Galicia, el número de personas que tenían que desplazarse una media de tres kilómetros para disponer de efectivo. Identificaba 38 municipios gallegos sin banco ni cajero.
Por ello, la Xunta fue de las primeras Administraciones en tomar medidas, dado que las oficinas móviles (en autobuses adaptados) que las entidades financieras desplazaban periódicamente a los núcleos que se quedaron sin sucursal no eran suficiente para paliar las necesidades de la población. Así, en agosto del 2021 un total de 36 concellos sin cajero se habían adherido ya al convenio firmado por la Xunta y la Fegamp para instalar este servicio en dependencias municipales (financiado por Facenda y cubierto por Abanca), además de la prestación de asistencia y de formación, tanto financiera como digital, a los clientes para enseñarles a operar con el cajero y acceder a la banca electrónica.
El pasado enero, en su primer balance del servicio, cuya implantación concluyó el año pasado, la Xunta elevó a más de 51.000 personas las que se han beneficiado de la instalación de cajeros automáticos en el medio rural, donde se realizaron más de 90.000 operaciones: la más frecuente (el 76,4 % del total), la retirada de efectivo.
Ahora se ha abierto un nuevo plazo de adhesión al protocolo para instalar más cajeros.
No es el único modo, sin embargo de acceder a efectivo o realizar gestiones, ya que comercios y oficinas de Correos funcionan también como dispensadores alternativos de liquidez. Es más, el millar de carteros rurales que trabajan en Galicia prestan a domicilio los servicios que, hasta ahora, solo se ofrecían en las oficinas: desde pagar recibos y tributos hasta enviar o recibir efectivo.