Asimismo, la nueva regulación incluirá instrumentos «eficaces» para proteger a los trabajadores, además de «dotar al tejido productivo de herramientas para mantener el empleo respetando los derechos laborales y de nuevos mecanismos». Es el caso de los ERTE, que se incorporan como pieza estructural a través de un mecanismo RED, para hacer frente a las crisis -cíclicas o sectoriales- con flexibilidad interna negociada, formación y recualificación de los trabajadores y evitando los despidos.
Contra la temporalidad
Otra de las claves de la nueva normativa es la lucha contra la temporalidad, para lo que el contrato ordinario de trabajo será indefinido. Además, solo podrán hacerse dos tipos de contratos temporales: el estructural y el formativo. El primero de ellos, el estructural, solo podrá responder a dos causas: por circunstancias de la producción y por sustitución de otro trabajador con reserva de puesto de trabajo, siempre y cuando quede perfectamente especificado a quien sustituye el trabajador contratado.
Por su parte, el contrato por circunstancias de la producción solo podrá concertarse por incrementos ocasionales imprevisibles de la producción u oscilaciones de la demanda, por un tiempo máximo de seis meses, ampliables a doce si así lo establece el convenio colectivo sectorial de turno.
Esta causa podrá emplearse en situaciones previsibles, como las campañas de Navidad o agrícolas, por un período máximo de 90 días al año no consecutivos.
Asimismo, se plantea reducir a 18 meses en un período de 24 el plazo de encadenamiento de contratos para adquirir la condición de trabajador indefinido, frente a los 24 en un período de 30 meses vigente actualmente.
El incumplimiento de las normas que regulan la contratación temporal llevará a que el trabajador sea considerado indefinido
«Todas las partes presentes en la mesa de diálogo social han negociado sin escatimar en esfuerzos para llegar a una respuesta conjunta que permitiese dotar las relaciones laborales de un nuevo marco jurídicamente seguro, avanzado, que nos aproxima a Europa y con vocación de perdurar en el tiempo y de continuar trabajando para mejorar nuestro país», resume el ministerio, para recordar que esta nueva norma cumple con uno de los principales compromisos de reformas acordadas por el Ejecutivo con la Comisión Europea dentro del plan de recuperación, transformación y resiliencia para recibir los fondos europeos.
Lucía Palacios
El acuerdo de la reforma laboral está a punto de caramelo. Gobierno, sindicatos y patronal negocian ya «en tiempo de descuento» -como reconoció este miércoles la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz- los últimos flecos que faltan para cerrar un texto que debe estar publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) antes de que termine el año.
Los negociadores comenzaron este miércoles una reunión a las cuatro de la tarde que se demoró hasta altas horas de la noche. Faltaban por cerrar ya los últimos flecos para anunciar un principio de acuerdo que previsiblemente se oficializará este jueves, una vez sea refrendado en los comités ejecutivos que han sido convocados por la CEOE, UGT y CC OO. Así lo dejó caer también este miércoles la ministra de Trabajo: «Mañana me gustaría poder cenar en mi casa en Galicia, pero voy a estar a lo que me mandate la negociación».
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