La llave la tiene Escrivá
En realidad, la llave para lograr un acuerdo la guarda Escrivá. Una vez más vuelve a ser el ministro el que complica una nueva prórroga con un cambio en las reglas. Si en las últimas negociaciones apostó por la reactivación, ahora su empeño está en vincular las exoneraciones a la formación, algo que no ven con buenos ojos ninguna de las otras partes por falta de tiempo. Es más, según la propuesta que hay encima de la mesa, todas las empresas de diez trabajadores o más en situación de alta a fecha 29 de febrero tendrán que elaborar un plan de formación para sus trabajadores en ERTE y tendrán de plazo para ejecutarlo hasta junio de 2022. En caso de no cumplir con esta formación, la compañía deberá devolver las cuotas exoneradas, según consta en el borrador del acuerdo, que especifica no obstante que no estará obligada al reintegro si la formación no se ha desarrollado por una causa imputable al trabajador.