«Se as ciberestafas xa levan un tempo pasando, como é que os bancos seguen igual?»

Pablo Varela Varela
pablo varela CARBALLO / LA VOZ

ECONOMÍA

Ana Garcia

Más de treinta gallegos suman esfuerzos para recuperar dinero perdido por delitos electrónicos: «Xa rondan os 200.000 euros»

22 sep 2021 . Actualizado a las 11:03 h.

La ciberestafa sufrida por Andrea Reborido, una vecina de Coristanco (A Coruña) que vio cómo le sustraían 9.000 euros de su cuenta bancaria, se intuye como la punta de un iceberg que, por el momento, afecta a más de treinta personas de toda Galicia, todas ellas víctimas de un delito similar y que han optado por sumar esfuerzos a través de un grupo conjunto de WhatsApp.

Poco a poco, el goteo de perjudicados se incrementa. Es el caso de Fernando Espasandín, un vecino de Vimianzo (A Coruña) que el pasado 16 de agosto perdió otros 9.000 euros. Espasandín, que regenta una panadería, recibió una llamada de un supuesto cliente, que le solicitó su número de cuenta para efectuar una transferencia por un encargo que le había realizado. A continuación, esa misma persona, por teléfono, instó al afectado a revisar si el pago estaba hecho. «Vin que non estaba feita, e el díxome que me remitira un enlace por WhatsApp para aceptar os cartos, que derivaba a unha páxina de banca electrónica da entidade financeira», detalla. Ocurrió, sin embargo, que un paso más tarde se le solicitó introducir un código que le llegó por SMS, cosa que hizo y, al instante, desencadenó la sustracción: dos transferencias, de 3.000 y 6.000 euros, respectivamente, dinero que no ha vuelto a ver. «Sei que hai xente que perdeu cartos desta forma xa en xuño. Se as ciberestafas levan pasando tanto tempo, como é que o banco segue igual? Con independencia de que nós consigamos algo, eles non fixeron nada. Chega un punto no que ti mesmo te sentes culpable, pero é que isto poderíalle pasar a calquera», lamenta Espasandín.

Pocos días antes de su caso, S. G. V., vecino de Pontevedra, perdió 6.000 euros, también por una estafa electrónica. Los timadores emplearon un modus operandi similar: le hicieron llegar un mensaje de texto con el aviso de que alguien intentaba acceder a su banca electrónica desde otro dispositivo. «Me entró la duda al llegar otro. Hablé con una persona que se puso en contacto conmigo, en teoría desde una entidad bancaria, y dijo que procedería a las anulaciones. Empezó a haber movimientos raros y me pidió que le llamase nuevamente a ese número. Resulta que lo habían clonado», cuenta. Con su dinero, explica, «hicieron una compra directa de criptomoneda, con un importe que movieron desde cuentas de mi empresa».

El mismo mes, una joven de Tordoia (A Coruña) fue víctima del mismo timo. Otro SMS fraudulento, con la introducción de un código de por medio, hizo que perdiese 7.900 euros que, como le ocurrió a Andrea Reborido, terminaron en Lituania. «E de aí quizais remataron noutra parte. Doe moito, porque vai ti saber onde están. E a día de hoxe, eu non teño constancia de avances», dice.

Que las estafas ya se remontan atrás en el tiempo lo explica E. S., de Santiago de Compostela. En marzo, le robaron 3.000 euros tras extraerlos de dos cuentas de la familia, una de su hijo, menor de edad. «Denuncié ese mismo día, pero sigo sin saber nada», cuenta. Ahora, contemplan unirse al grupo de afectados que se juntó por WhatsApp. Ya son 34. «E facendo contas, contabilizando as perdas de todos, xa son practicamente 200.000 euros», calcula Reborido.

Los bancos nunca piden las claves a través del teléfono

Los usuarios de banca electrónica reciben de su entidad las claves para operar vía Internet en páginas web seguras (comienzan por https, y no por http) o mediante la aplicación de su banca móvil. Pero las entidades financieras en ningún momento piden, ni por correo electrónico ni por teléfono, estas claves personales. Si alguien las solicita es claramente un intento de estafa.