La pandemia precipita al 19 % de las empresas a la insolvencia

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

jl cereijido

El Banco de España calcula que el desplome de los beneficios alcanza el 71 %

01 dic 2020 . Actualizado a las 19:17 h.

Casi nueve meses de pandemia han echado a perder los esfuerzos por ganar músculo que habían hecho las empresas españolas en los últimos años de la recuperación. Las restricciones sanitarias, los cierres obligados y la contracción de la demanda de las familias en este 2020 han hundido los beneficios empresariales hasta un 71 %, según estimaciones del Banco de España, que cree que entre el 15 % y el 19 % de las empresas se encontraría ya en situación de insolvencia

Y no solo es que vayan a cerrar el año con más pérdidas que ingresos y no puedan afrontar sus deudas, es que la mitad de las compañías que se encuentran en esta situación, ni siquiera serían viables y, por tanto, tendrán que echar el cierre. Aunque algunas llegaron renqueantes a la crisis, el impacto del covid-19 ha borrado de un plumazo cualquier opción que pudieran tener de mantenerse a flote. 

El regulador ha publicado esta mañana un informe en el que recrea dos escenarios posibles para las empresas españolas, con el objetivo de estudiar cómo evolucionará la solvencia en el tejido empresarial en los próximos meses. En el escenario 1 presupone que no sufrirán daños permanentes en sus negocios y sus resultados se recuperarán más rápido sin tener que recurrir a enormes cantidades de deuda. En tal caso, el número de empresas insolventes se quedaría en el 15 %. De ellas, el 9% sería viable y un 6% inviable. En el segundo escenario, el Banco de España presupone que sí habrá daños estructurales, así que la insolvencia podría crecer hasta el 19 % y hasta el 10 % de las compañías serían inviables. 

Un 40 % con graves problemas financieros

Ni los préstamos ICO, ni los avales ni las moratorias han servido para evitar que el 40 % de las empresas españolas sufran a estas alturas del año alta tensión financiera (27 puntos más que en el 2019). En otras palabras: tienen problemas de tesorería para mantener la persiana abierta. Los problemas de solvencia empiezan a asomar y no hay un plan claro para evitar las quiebras: «Las medidas de apoyo a la solvencia han sido más limitadas. Por ejemplo, el fondo de 10.000 millones de euros gestionado por la SEPI permite inyectar capital público a empresas estratégicas, pero no se ha puesto en marcha hasta la fecha instrumentos de apoyo a la solvencia de empresas de menor dimensión», reprocha el organismo, antes de pedir una reforma del marco de reestructuraciones de deudas y de los mecanismos de insolvencia, para evitar que pymes viables que no pueden hacer frente a los pagos acaben liquidadas tras procesos consursales dramáticos y costosos, tanto para los empresarios como para la economía española. 

Esta situación ha llevado a un buen número de ellas a endeudarse. El volumen de deuda financiera consolidada del sector empresarial ha crecido un 5 % durante la pandemia (de febrero a octubre). Un fenómeno que se explica por la necesidad de cubrir agujeros de liquidez, lo que, junto con el posible retroceso de los beneficios futuros, se habría traducido en un deterioro de la solvencia de las empresas que pierden poco a poco su capacidad para devolver la deuda ante la perspectiva de ingresos paupérrimos a medio plazo. 

Son precisamente las pymes y, más concretamente, las que operan en sectores más golpeados  como el de hostelería, restauración y el ocio las que recurren más al endeudamiento tras haber sufrido grandes deterioros en la rentabilidad. «Si persiste la crisis podría producirse un aumento de la morosidad del sector bancario», ha alertado Arce. Una advertencia que va en la línea de la del BCE que la semana pasada pidió a los bancos de la zona euro que preparen un colchón de reservas más sólido ante una posible cascada de quiebras e impagos. 

Pérdidas

En los nueve primeros meses del año, el valor añadido bruto (VAB) se redujo un 22,5% con respecto al mismo período del año anterior. El deterioro de las inversiones, la caída de los ingresos, el aumento de gastos «atípicos» y los pagos por el impuesto de Sociedades ha llevado a pérdidas en el resultado neto final, algo que no sucedía desde el 2002, apunta Europa Press. El resultado final arroja un desplome del 16,1% sobre el valor añadido, frente al aumento del 19,4 % registrado en el mismo período del 2019. 

Empleo

En el conjunto de las empresas, el empleó cayó un 5,9 % (sin computar los ERTE), aunque los sueldos aumentaron un 1,1 %. Hasta el 50,6 % de las firmas despidieron empleados. La caída se concentró fundamentalmente en el colectivo de trabajadores temporales, con una reducción del 19,5%, mientras que el personal fijo se redujo de forma más moderada (-3%), y se dieron sobre todo en el sector de comercio y hostelería (-7,4%), en el de industria (-5,8%) y el «resto de actividades» (-5,9%). Son puestos de trabajo que quizá no se lleguen a recuperar si las firmas echan el cierre definitivo. A pesar de las tensiones sobre la solvencia y la incertidumbre en torno al empleo, Arce cree que la recuperación «muy notable» del tercer trimestre ha ayudado a mantener la actividad y los puestos de trabajo. Su efecto balsámico, sin embargo, no durará para siempre. El experto del Banco de España cree que las políticas del Gobierno deberían enfocarse ahora a aliviar la carga a las empresas y salvarlas del precipicio de la insolvencia. 

Sectores afectados

El mayor impacto lo ha encajado el sector industrial, con una caída del VAB del 33,6 %. Le siguen el «resto de actividades» (-34,5%), transporte (-48,1%), comercio y hostelería (-18,1%). Aguantan mejor las empresas de energía (-6,8%) y la de información y comunicaciones (-13,8%).