El sector cifra en más de 1.700 millones las ventas perdidas en 40 días en Galicia

M. Sío Dopeso
Redactora

El cierre de establecimientos no esenciales durante este incierto período de estado de alarma que todavía podría prolongarse más allá del 10 de mayo es un drama para los más de 35.000 comercios que hay en Galicia.

El canal de venta por Internet, en el que muchos siguen activos, apenas registra actividad, en un contexto de apagón del consumo en el que solo se salvan los negocios de alimentación.

Con los almacenes llenos de mercancía de temporada, y sin contar gastos corrientes que, aunque se aplacen, habrá que pagar, ponerle cifras a este drama da escalofríos. La Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged), la patronal de las grandes superficies (El Corte Inglés, Ikea, Carrefour, Leroy Merlin o Toys ‘R’ US), ha calculado en 25.000 millones de euros las pérdidas en las seis semanas de cuarentena transcurridas a partir de tres criterios básicos: el cierre actual de todos los comercios no alimentarios, la caída del turismo y la contención del consumidor español por miedo y por la caída del empleo.

De esa suma, un 7 % se corresponde a las ventas pérdidas en Galicia, lo que se traduce en 1.750 millones de euros.

Límite: dos semanas

Grandes y pequeños comercios están temblando. Necesitan abrir, pero temen la vuelta a esa nueva normalidad. «Si no abrimos ya, cerraremos para siempre. Necesitamos saber cuándo y cómo, o esto no hay quien lo aguante», afirman desde la Federación Galega de Comercio.

«Cuando las tiendas puedan subir la persiana se encontrarán con varios problemas: nueva experiencia de compra, medidas de seguridad que correrán de su cuenta y un stock al que dar salida antes de que se termine la temporada», explican desde Cecotex, la Confederación Española del Comercio Textil y Moda, en la que está representado el sector gallego, que pone como fecha crítica para la apertura la segunda semana de mayo. «No debe retrasarse más de dos semanas», exige.

La demanda de una apertura próxima y ordenada es una voz a gritos. La Confederación Española del Comercio (CEC) -máximo representante de las pymes del comercio- ha pedido al Gobierno que establezca con carácter «urgente» un calendario aproximado de la reapertura escalonada del sector. Su propuesta es que abran primero los puntos de venta de hasta 400 metros cuadrados y, de forma progresiva, los comercios de mayor superficie y centros comerciales.

El sector reconoce que la vuelta no garantiza las ventas. Pero el cierre es la muerte. «Abrir en un escenario social de apenas ventas y perder las ayudas existentes [en referencia a los ERTE] puede hacer que la situación se vuelva más que crítica y nos aboque a la quiebra, dice la CEC que, al igual que las cámaras de comercio de España, demanda al Gobierno que elabore ya una normativa con los requerimientos que tendrán que cumplir para la reapertura de los negocios.

Ana Pérez: «He pedido un préstamo ICO para pagar a los proveedores»

Esta comerciante de Ribeira sufrió una inundación a finales del año pasado

A. Gerpe

carmela queijeiro

La fortuna ha dado la espalda a Ana Pérez Castro, propietaria de la tienda de ropa infantil Cukos, en Ribeira. Su comercio sufrió una inundación a finales del pasado año en la que perdió buena parte de la mercancía. Pensado en la nueva temporada, realizó una importante reforma y el 14 de marzo, solo dos semanas después de la reapertura, tuvo que cerrar por el estado de alarma. «Tenía toda la colección nueva», se lamenta.

Sin ingresos desde hace más de cuarenta días, las facturas no perdonan: «He pedido un préstamo del ICO para pagar a los proveedores. Contaba con hacer una buena campaña en Semana Santa, pero la crisis sanitaria lo echó todo por tierra».

Por si fuera poco, el negocio está especializado en la venta de prendas infantiles para eventos, ceremonias o jornadas especiales: «Si la gente no puede ir a los establecimientos hosteleros, si las bodas o comuniones se cancelan, mi negocio se hunde».

Ana Pérez subraya que, con el tiempo, la mercancía pierde su valor: «Cuando pase la temporada, tendré que vender las prendas rebajadas y, si es así, yo no saco nada».

Aunque mantiene el tipo y está dispuesta a pelear por la supervivencia de su establecimiento, reconoce que la situación no es fácil: «Intentaré salir adelante como pueda y si no lo consigo tendré que cerrar». Confía en que el Gobierno autorice pronto la apertura y, por lo menos, sacar para cubrir los gastos que tiene.

Jorge Patiño: «Queremos abrir el 17, todo el pescado se lo come Amazon»

Este gerente de una librería de Vigo atiende pedidos por teléfono

e. v. pita

Óscar Vázquez

La librería Librouro, a escasos metros de la calle Príncipe, en Vigo, atiende pedidos por teléfono, según reza un cartel colgado en el escaparate. Al aparato contesta Jorge Patiño, el administrador y gerente. El negocio lleva 40 días cerrado y apenas ha recibido encargos. Explica que algunas personas los llaman: «Pero actividad no hay, estamos tramitando el ERTE y solo quedo yo contestando el e-mail. Al no tener una web, no hay ventas por Internet, es algo testimonial».

«Cuanto antes podamos abrir, mejor, para compensar el golpe. Todo el pescado se lo comen los grandes: Amazon y La Casa del Libro. Se han quedado el trozo más grande de la tarta, todo juega a su favor y la cuarentena y el parón del comercio consolida los canales no presenciales».

Patiño tiene «expectativas» de reabrir las librerías a partir del día 17, el viernes festivo del Día das Letras Galegas. «Es una hipótesis, no lo sabemos fijo, pero las editoriales trabajan sobre esa idea. Más allá del lunes 20 no podría ir», afirma el librero, que presidió la Feria del Libro de Vigo hace años. «Al volver, intentaremos dinamizar, pero es complicado, no sabemos si permitirán las ferias del libro».

Propone que la Administración apoye a las librerías y compre para las bibliotecas. Y anima al lector: «Vendrán muchas novedades con título interesantes: esperamos que muchos hayan retomado la lectura en su tiempo libre durante el confinamiento».

Dulce Calvo: «Me preocupa cómo mantener el personal»

Para esta compostelana, propietaria de las perfumerías que llevan su nombre, la principal preocupación tiene que ver con cómo reincorporar al personal en una reactivación que se prevé lenta

M. García

Dulce Calvo cuenta con cuatro establecimientos
Dulce Calvo cuenta con cuatro establecimientos X. A. S.

Con cuatro locales cerrados y una veintena de trabajadores afectados por el ERTE, para Dulce Calvo, propietaria de las perfumerías que llevan su nombre, la principal preocupación es «cómo podremos reincorporar el personal al trabajo. ¿Cómo asumimos los sueldos, la seguridad social y todo?», y más teniendo en cuenta que se aguarda que la recuperación de la actividad vaya poco a poco. Indica que estos trabajadores aún no han cobrado los ERTE: «Estoy en contacto con ellos ya que tenemos una relación muy cercana y ahí estamos, porque hay cosas que no pueden esperar». Dulce Calvo consideraría positivo que se permitiese la reincorporación gradual. Otra inquietud es saber qué necesitan en cada establecimiento -también cuenta con un centro de estética- para el regreso. «Hay cosas que estamos previendo, como la desinfección, pero otras no sabemos, como las mamparas. Comprar cosas que luego no sirven, no tiene sentido». En este sector, como en el textil, tienen producto de temporada, caso de las cremas solares, que ahora tienen que abonar.

Dulce Calvo reabrió este sábado las ventas a través de la web. Había decidido cerrarla para colaborar con las medidas preventivas y, ahora, viendo la mejoría en los datos, reanuda el servicio.

Víctor M. Villaverde: «Necesitamos que haya gente en la calle para poder trabajar»

 El propietario de la librería El Pueblo, en Pontevedra, recalca que no vale de nada abrir si no hay gente

 Nieves d. Amil

Víctor M. Villaverde lee un libro en su domicilio.
Víctor M. Villaverde lee un libro en su domicilio.

Víctor Manuel Villaverde no es muy positivo sobre la posibilidad de abrir ya su negocio para empezar a tener ingresos. En el camino a la desescalada de Italia, las librerías fueron de las primeras en reiniciar la actividad, lo hicieron el 14 de abril, salvo en la región más afectada. Pero en España está previsto que arranquen con el resto de negocios, todavía sin fecha. «Hasta que la gente pueda salir, no tiene mucha lógica que abramos, necesitamos que haya flujo de ciudadanos en la calle para que podamos trabajar», explica Villaverde, que hace veinte años que cogió está céntrica librería entre la Ferrería y la calle San Román. «La vuelta va a ser muy dura, hasta que volvamos a la normalidad va a pasar mucho tiempo. Cada vez es más complicado, la crisis y la gratuidad de los libros de texto nos han hecho más duro el día a día», puntualiza el librero.

Está en un bajo alquilado y por el momento la propietaria le ha perdonado las mensualidades y están cerrados por cese de actividad, lo que también le impide venderle a los clientes que de vez en cuando le mandan algún mensaje para preguntar por uno u otro libro. Víctor Manuel recalca que no le vale de nada abrir si no hay gente. «No somos un negocio de primera necesidad, nadie va a venir si estamos en un estado de alarma», puntualiza desde su casa.

Carlota Magariños: «Ahora piensas en todo, hay que salir de esta pandemia como sea»

La pontevedresa regenta un negocio familiar junto a su madre y su hermano, Ricar Moda, especializado en venta de ropa a personas mayores, los principales afectados por esta pandemia

 Nieves d. Amil

Carlota con un cartel de «Yo compro en el comercio de Pontevedra»
Carlota con un cartel de «Yo compro en el comercio de Pontevedra»

Carlota Magariños regenta un negocio familiar junto a su madre y su hermano. Ricar Moda está especializado en venta de ropa a personas mayores, los principales afectados por esta pandemia que ha parado al planeta. La posibilidad de adelantar la apertura del comercio le suscita muchas dudas. «Habrá gente que vaya a comprar el pan, pero no iría a por ropa estando en un estado de alarma», comenta esta joven, que sopesando esa posibilidad es bastante sincera: «Igual abrir ahora nos genera más pérdidas que beneficios, nuestro público es gente mayor. Es mejor estar cerrado a que vengan tres personas a la semana», indica.

El sector textil se enfrenta a la salida de esta crisis con muchas incertidumbres. La primera de ellas pasa por saber cómo harán para dejar probar la ropa. La cabeza de Carlota no para y defiende la propuesta de poner la ropa en cuarentena después de que salga del probador y aplicarle planchas industriales a altas temperaturas. Las ideas brotan para buscar freno a esta sangría. «Nunca habíamos pensado en la venta on line, pero ahora pensamos en todo porque tenemos que salir de esta crisis», subraya Magariños, que sabe que solo el tiempo permitirá luchar contra el miedo. «El Gobierno tendrá que ir ampliando horarios y aperturas e ir volviendo poco a poco a la normalidad», comenta.

Alberto Rodríguez: «Un negocio no está para perder dinero»

El pequeño comercio reclama volver a abrir, aunque sea con restricciones, para sobrevivir

david garcía

Alberto Rodríguez tiene dos negocios de muebles, uno en Juan Flórez y otro en Elviña
Alberto Rodríguez tiene dos negocios de muebles, uno en Juan Flórez y otro en Elviña Eduardo Pérez

El pequeño comercio coruñés reclama que el regreso paulatino de la gente a las calles vaya acompañado de la reapertura de este tipo de negocios, que en muchos casos ven cómo establecimientos de mayor tamaño y con más problemas para controlar la concentración de clientes mantienen sus puertas abiertas.

«No puede ser que lo que hiciste trabajando durante muchos años se vaya en poco tiempo, hay que tratar de aguantar, pero no puedes tener un negocio para perder dinero y por eso es conveniente que podamos volver a abrir», explica Alberto Rodríguez, propietario de dos establecimientos relacionados con los muebles y la decoración.

Su visión es compartida por la mayoría del pequeño comercio, que suma casi dos meses solo con gastos y con ganas de levantar verjas y persianas. «La situación va mejorando para salir a la calle y hay que estar preparados para abrir en condiciones», indica Alberto, quien reconoce que se pasa mal «económica y psicológicamente».

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Miguel Agromayor: «Se lo transmití al conselleiro: que abran poco a poco»

Cree que es necesario que el consumidor vea seguridad en los comercios.

d. g.

Miguel Agromayor, presidente de la Federación Provincial Comercio de A Coruña
Miguel Agromayor, presidente de la Federación Provincial Comercio de A Coruña

Miguel Agromayor, presidente de la Federación Provincial de Comercio coruñesa, reclama que los pequeños negocios regresen a la actividad.

-¿Cómo ve una posible reapertura del pequeño comercio?

-Se lo transmití al conselleiro, que abran poco a poco, no entiendo que una ferretería o una mercería no puedan volver a abrir adaptándose a las normas. Saben que van a tener pocos clientes, pero que sea catalizador para dentro de uno o dos meses. Luego todas las Administraciones también tienen que ayudar.

-¿Qué le transmite el sector?

-Que se pueda abrir lo antes posible, pero cumpliendo muy bien las normas.

-Con la gente volviendo a las calles, ¿es el momento?

-Es normal que se vaya pensando en una fecha para aplicar las normas de higiene, el consumidor tiene que ver seguridad en el comercio.

Patricia Suárez: «O nos dejan abrir ahora o el pequeño comercio se queda sin futuro»

Los pequeños establecimientos reclaman un plan definido para la desescalada

Beatriz Couce

Patricia Suárez es propietaria del comercio Roberto, de la plaza de España
Patricia Suárez es propietaria del comercio Roberto, de la plaza de España JOSE PARDO

Bajaron la persiana el 14 de marzo y desde entonces, los que la han vuelto a subir lo han hecho únicamente para trabajar a puerta cerrada, en el interior de sus establecimientos, pero sin haber recibido ni a un cliente en este último mes y medio. Los pequeños comerciantes de Ferrol tachan los días en el calendario y marcan en rojo en los que tienen que hacer frente a los pagos. Muchos de sus empleados, afectados por Expedientes de Regulación de Empleo (ERTE) aún no han cobrado, y otros empresarios subsisten con créditos del ICO. Ahora que los pequeños han comenzado a salir a la calle y el próximo sábado se bajará un escalón más en la montaña de restricciones ligadas al covid-19, al permitirse salir a la calle por tiempo limitado a pasear o hacer deporte, los comerciantes confían en que sean el siguiente eslabón en el plan de desescalada, porque inciden en que no pueden permanecer mucho más tiempo parados.

El cierre le cogió a Patricia Suárez, propietaria del comercio Roberto, ubicado en la plaza de España, con el establecimiento lleno de ropa de la temporada de primavera-verano y también de la del próximo invierno. «El mío es un comercio tradicional y compro como lo hicimos siempre, con ocho meses de antelación, así que voy a tener mercancía y tiempo para venderla», explica. Se declara optimista por naturaleza, así que confía en salir de esta crisis como se salió de otras anteriores, pero también advierte de que, transcurridas estas semanas, «o nos dejan abrir ahora o el pequeño comercio se queda sin futuro». No obstante, declara tener «las mejores clientas de Ferrol», por lo que espera que cuando reabra su negocio, que primero ostentaron sus padres y acumula una trayectoria de 53 años, la respuesta sea positiva.

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Rocío Santos: «Menos mal que os caseiros non nos están a cobrar as rendas»

A Santos, que regenta tiendas de Vístete en la Costa da Morte, le preocupa qué medidas deberán implantarse

C. v. / a. G.

Rocío Santos Vidal regenta varias tiendas de Vístete en la Costa da Morte.
Rocío Santos Vidal regenta varias tiendas de Vístete en la Costa da Morte. Ana García

Rocío Santos, de la cadena de tiendas Vístete, demanda información, instrucciones exactas... Le preocupan cómo desinfectar las prendas y las medidas que deberán implantarse, pero tiene toda la ropa de la campaña ya en las tiendas y los almacenes y sabe que cada día que pasa esa mercancía pierde valor.

Como parte positiva señala la gran solidaridad que hay en la zona porque los propietarios de los edificios en los que tiene abiertas sus tiendas no le están cobrando los alquileres. «Xa amañaremos cando acabe isto, dixéronme», explica. «Sei que os que están en centros comerciais teñen que pagar porque os botan», explica.

También reconoce que no será fácil recuperar la actividad económica. «Haberá moito medo», señala, por salud y por una cuestión económica. Además, una de sus tiendas está dedicada únicamente a ropa de fiesta y no las habrá, pero tampoco puede guardar la mercancía para el próximo año. «Para o próximo verán haberá cousas novas e imos ter que comprar de novo», explica. Ahora solo espera que la clientela está dispuesta a salir.

Natalia Oreiro: «Hai xente á que non lle dou nin tempo de coller a colección de primavera»

La camariñana, que se dedica a la moda, tiene toda la ropa que compró en enero entre el almacén y la tienda, y ya la pagó, por lo que su principal problema es que no puede dar salida a su inversión

C. V. / A. G.

Noelia Oreiro se dedica a la moda
Noelia Oreiro se dedica a la moda Ana García

Noelia Oreiro tiene muy claro que no podrá poner una prenda en cuarentena cuando se la pruebe un cliente, por lo que tendrá que encontrar cualquier otro sistema. Con lo demás no tendrá problema porque desde el mostrador puede ver la entrada de su tienda y controlar la cantidad de clientes que pasan al interior.

Tiene toda la ropa que compró en enero entre el almacén y la tienda y ya la pagó, por lo que su principal problema es que no puede dar salida a su inversión. Si el 10 de mayo se puede ya salir confían en recuperar parte de lo gastado en mercancía. Considera que ha tenido suerte en este sentido. «Hai xente á que non lle deu nin tempo de coller a colección de primavera», dice. Estos comerciantes se encontrarán con la tienda desabastecida cuando sea el momento de abrir. Dice que, dependiendo del tiempo, habrá mejor o peor campaña, pero como el resto, necesita levantar la persiana.

Belén Enríquez: «La reapertura me preocupa después de lo que pasó con los niños»

La carballesa regenta una óptica y fue a través del colegio profesional cómo se enteró de los protocolos que habrá que aplicar en la reapertura

C. V. / A. G.

Belén Enríquez tiene una óptica
Belén Enríquez tiene una óptica Ana García

Belén Enríquez regenta una óptica en Carballo y fue a través del colegio profesional cómo se enteró de los protocolos que se supone que habrá que aplicar en la reapertura. Cree que toda la crisis se ha gestionado mal y tienen muy claro que volver a abrir le va a salir muy caro. Tendrá que hacer una inversión importante, pero también deberá cambiar los hábitos. «Ya sé que habrá que desinfectar las gafas cuando antes de que se les pruebe el cliente y después y que los paquetes que llegan han de estar tres días en cuarentena», dice. No son las medidas lo que la tiene algo agobiada sino la responsabilidad de la gente. «La reapertura me preocupa después de lo que pasó con los niños», reconoce. Esos paseos llenos de gente el domingo pueden dar la medida de lo que pasará cuando se abra el comercio. Ella ahora solo abre para urgencias. No graduamos la vista, solo hacemos reparaciones y arreglos.  

Francisco Martínez: «Quienes dependen de las ventas se ven en la quiebra»

El dirigente de la Asociación de Empresarios de Ribeira pide que el período de rebajas se posponga hasta agosto

A. Gerpe

Francisco Martínez, presidente de la patronal de Ribeira
Francisco Martínez, presidente de la patronal de Ribeira Carmela Queijeiro

Vinculado a dos negocios de ropa deportiva, el dirigente de la Asociación de Empresarios de Ribeira, Francisco Martínez, sentencia: «Quienes dependen de las ventas se ven en la quiebra». Asegura que en localidades como Ribeira no hay grandes aglomeraciones de gente: «Aquí la afluencia de personas a los establecimientos puede ser controlable y llevarse a cabo. Está claro que tendrá que ser bajo unas premisas y tendremos que cumplir las directrices que se marquen».

Precisamente, la patronal ribeirense remitió ayer un escrito a la Consellería de Economía en el que reclama que este año, dada la situación, el período de rebajas se posponga hasta agosto: «Esto le ha pillado fatal al sector textil, con las prendas nuevas recién llegadas».

El responsable señala que parte de la temporada ha pasado sin poder realizar ninguna venta y si el período de descuentos comienza en julio, los comerciantes no dispondrán de margen para obtener ingresos con los que hacer frente, por lo menos, al pago de la mercancía.

Martínez comenta que, conjuntamente con el Concello, ya están haciendo acopio de elementos de protección: «como mascarillas o mamparas para poner en los negocios».

Daniel García: «Aprazar os pagos é aprazar a agonía máis tempo»

El presidente de la Asociación Boirense de Empresarios afirma que el sector está desesperado y destaca la dificultad de afrontar los gastos

A. Gerpe

Daniel García
Daniel García Marcos Creo

El presidente de la Asociación Boirense de Empresarios, Daniel García, considera que «esta semana é clave. Se hai unha melloría sanitaria debe pensarse nunha reapertura». Comenta que la directiva de la ABE mantiene reuniones periódicas: «Falamos cos comerciantes e analizamos a situación. Somos partidarios de abrir e sabemos que terá que ser necesariamente baixo unhas condicións».

Nós compramos a seis meses vista, as prendas de inverno xa están mercadas»

Afirma Daniel García que el sector está desesperado. El presidente de la patronal es uno de los afectados, puesto que regenta un comercio de ropa: «Nós compramos a seis meses vista, as prendas de inverno xa están mercadas». En este sentido, habla de la dificultad de afrontar los gastos y cree que algunas medidas adoptadas tampoco constituyen la solución: «Aprazar os pagos é aprazar a agonía máis tempo, tampouco sabemos se despois poderemos afrontalos. Estamos facendo presión para que haxa descontos, porque temos que abonar o IVE».

Otra de sus preocupaciones es cómo será la respuesta de los consumidores: «Abrir para venderlle a quen? Descoñecemos como se vai facer e se a xente estará en situación de acudir ás tendas. Deberiamos empezar a saber como vai ser, pero aquí ninguén di nada».

José Martínez Godoy: «Las pautas deberían estar diseñándose»

El dirigente de Noia Histórica cree que es necesario que se decida qué va a exigirse para la apertura, teniendo en cuenta la dificultad para conseguir los medios de protección

A. Gerpe

Martínez Godoy
Martínez Godoy C. Queijeiro

Al frente de la entidad Noia Histórica desde hace solo unos meses, José Martínez Godoy es contundente: «Las pautas deberían estar diseñándose. Tienen que ser previas a la fecha de reapertura». Reconoce que existe preocupación porque «a estas alturas no sabemos qué va a exigirse, algo muy importante si tenemos en cuenta la escasez existente de medios de protección y la dificultad para poder conseguirlos. Podemos encontrarnos con que la noche del 10 de mayo se autorice la apertura para el 11 y muchos negocios no puedan hacerlo porque carecen de los medios».

Si hay que hacer inversiones cuantiosas, puede ser la puntilla para muchas tiendas»

Son muchas las especulaciones que han comenzado a realizar sobre la posible obligatoriedad de disponer en los comercios de sistemas de desinfección o de otros elementos de prevención, un aspecto en el que José Martínez Godoy considera que hay que ser cautelosos: «Si hay que hacer inversiones cuantiosas, puede ser la puntilla para muchas tiendas. Hay gobiernos, como en Italia o Alemania, que están abordando este asunto, sus medidas pueden servirnos como pauta».

Luis Duro: «Un negocio pechado é unha perda diaria»

El presidente de la Asociación Rianxeira de Empresarios es consciente de que las cosas no volverán a ser como antes

A. Gerpe

Luis Duro
Luis Duro Marcos Creo

Propietario de una carpintería metálica que ha tenido que cerrar porque se dedica a las reformas y no puede ir a casas particulares, el presidente de la Asociación Rianxeira de Empresarios, Luis Duro, es tajante al asegurar que el comercio debe abrir: «As economías dos propietarios están fundíndose a unha velocidade vertixinosa. Un negocio pechado é unha perda diaria», sentencia. Asegura que «onde hai negocio hai vida. Non só están os vendedores que teñen a mercancía sen poderlle dar saída, tamén están os propietarios dos baixos que se ven afectados se o inquilino non pode facer fronte ao pago do aluguer. Esta é unha cadea que afecta a moita xente».

Deberase abrir cunhas fortes medidas de seguridade»

Consciente de que las cosas no volverán a ser como antes, Luis Duro explica: «Deberase abrir cunhas fortes medidas de seguridade. Cunha limitación de aforo. No comercio de proximidade considero que iso é factible. O que se fala de poñer mamparas véxoo de difícil aplicación, pero outras medidas si. É posible que haxa que facer investimentos, pero mellor iso que continuar pechados».

Manuel Tomé: «En las zonas rurales hay menos riesgos»

El presidente de la Asociación de Empresarios de A Pobra asegira qie es preciso empezar a dinamizar la economía

A. Gerpe

Manuel Tomé
Manuel Tomé C. Queijeiro

El presidente de la Asociación de Empresarios de A Pobra, Manuel Tomé, también secunda la propuesta de que los establecimientos comerciales puedan retomar la actividad en breve: «Sabemos que tendrá que haber medidas restrictivas, porque el aspecto sanitario es la prioridad». Sin embargo, matiza: «En las zonas rurales hay menos riesgo, creo que resulta más sencillo implantar una medida de estas características, ateniéndose siempre al establecimiento de protocolos de prevención».

El sector atraviesa por un momento muy difícil y esta crisis sanitaria ha contribuido a empeorar todavía más las cosas»

Asegura que es preciso empezar a dinamizar la economía: «El sector atraviesa por un momento muy difícil y esta crisis sanitaria ha contribuido a empeorar todavía más las cosas». Sabe que las economías familiares tampoco están bien, dado que muchas personas se han visto afectadas por los ERTE: «Habrá que llevar a cabo medidas de reactivación del consumo. Existe mucha incertidumbre y muchas personas atraviesan por momentos complicados». Manuel Tomé cree que la pandemia pasará una factura económica importante a medio plazo.

César Veleiro: «A xente vai ter medo e o consumo non se recuperará con facilidade»

A súa tenda de camisetas Manda Nabo, en Carballiño, está pechada, aínda que cre que se podería manter abertos certos pequenos comercios, coma se fai cos supermercados

xosé manoel rodríguez

César Veleiro diante da tenda
César Veleiro diante da tenda Santi M. Amil

A César Veleiro Alemparte as condicións do estado de alarma deixárono sen actividade e cun horizonte que considera cada vez máis incerto a base das sucesivas prórrogas e da falta de información sobre a famosa desescalada e todo o que traerá consigo o novo escenario despois do coronavirus. A súa tenda de camisetas Manda Nabo, na rúa Cánovas del Castillo carballiñesa, está pechada e el lévao «en principio con resignación, pero non é lóxico. Estamos nunha situación difícil e a medida que se prolongue o estado de alarma a cousa irá a peor». Considera que se podería ter valorado algunha fórmula para que o comercio seguise a funcionar. «Se vemos as colas que se rexistran en supermercados, bancos e noutros lugares ou como se está facendo nalgúns sectores, non creo que non fose posible deixar funcionar aos comercios. Cun protocolo e unhas medidas axeitadas, como pasa noutras actividades, pero non deixarnos da noite para a mañá coa porta pechada». Ingresos non hai e as facturas seguen chegando e hai que facerlle fronte as mesmas.

O Centro Comercial Aberto e o Concello están a traballar para pór en marcha unha serie de medidas de apoio, que César Veleiro agarda que contribúan a relanzar ao comercio local. Un aspecto que lle crea particular incerteza é o día despois do estado de alarma. «En teoría o 10 de maio remata isto e non sabemos nada do que vai pasar: é dicir, se debes tomar algunha medida, se tes que ter desinfectante ou máscaras, se haberá que restrinxir o acceso aos locais. E logo a saber que pasa, porque a xente vai ter medo e o consumo non se recuperará con facilidade». Tamén lle preocupa o que vai pasar coa Festa do Polbo, datas fortes na actividade de Manda Nabo .

Siro Domarco: «La forma de consumir va a cambiar y será el momento de los pequeños»

La comerciante cerró su tienda un día antes del decreto del estado de alarma, aunque ha visto otra faceta del negocio gracias a la venta en línea a través de la página web, en la que llevaba más de un año trabajando

maite rodríguez

Sira Domarco tiene una tienda de moda.
Sira Domarco tiene una tienda de moda. Santi M. Amil

Una crisis puede ser una oportunidad. De naturaleza optimista, la comerciante Sira Domarco está intentando sacar el lado positivo de la situación que ha traído el covid-19. Ella y su socia decidieron cerrar su pequeña tienda, Sira Domarco Allariz -un establecimiento «de 20 metros cudadrados y sin escaparate», situado en la alaricana Rúa do Portelo, dedicado a moda y complementos- un día antes de que lo ordenase el decreto del estado de alarma. Aquel 13 de marzo la cogió recibiendo treinta cajas de mercancía, con mucho dinero invertido en su compra, cuenta. El cierre y el encierro obligados le han permitido, no obstante, ver resultados en la otra faceta de su negocio, la venta en línea a través de su página web, en la que llevaba más de un año trabajando. «Me sirve para dar salida a mercancía, al menos para perder lo menos posible», apunta. Domarco tiene claro que el impacto de la pandemia, además de la salud, es «bestial» en la economía y participa en reuniones telemáticas con el Concello de Allariz, el GDR o el colectivo Ben Común para preparar alternativas y campañas de consumo en el comercio local. Pero cree que el pequeño comercio puede tener una oportunidad cuando pase la crisis sanitaria: «No nos damos por vencidas. La forma de consumir va a cambiar, la gente escapará de los espacios cerrados, de los centros comerciales y será el momento de los pequeños, que ofrecemos cercanía y espacios saludables». Mientras, sigue ofreciendo ese trato personalizado a sus clientas, telefónicamente, por Instagram y Facebook -con asesoramientos de estilismo a través de vídeo, en los que ahora ella tiene que ser también la modelo - y manteniendo «cafés», encuentros virtuales en directo, o clases de maquillaje.

Emiliano García Méijome: «Esperar a decembro para volver abrir sería a sentenza de morte da hostalaría»

El dueño de la pizzería A Casa do Gato, que aguantó algo más de una semana abierto para servir a domicilio, nota que la gente quiere volver ya a la normalidad

o. p. arca

García Méijome
García Méijome

Emiliano García Méijome, de la pizzería A Casa do Gato, aguantó algo más de una semana abierto para servir a domicilio tras decretarse el estado de alarma. Desde hace doce días reabrió en Lalín y el jueves lo hará en A Estrada. Explica que la situación sanitaria está ahora más controlada, y nota en la gente que «quere un pouco volver á normalidade». Los pedidos son más que cuando decidieron cerrar, aunque «estamos pouco máis que cubrindo gastos. Pero ves outrs historia, que algún compañeiro máis se anima abrir con comida para levar».

Méijome se refiere a los buenos datos sanitarios que trascienden de Lalín y A Estrada, e indica que apoya el posicionamiento de Núñez Feijoo demandando cierto margen a las comunidades para establecer la desescalada por áreas. Porque afirma que retrasar la apertura de la hostelería a diciembre como en algunos casos se especuló sería su sentencia de muerte. Se muestra partidario de reducir aforo para asegurar la distancia social, e incluso instalar mamparas de ser preciso para anticipar una reapertura en la que será clave la actuación de todos respetando las medidas de seguridad y la confianza del cliente. Piensa que disponer de test rápidos y asegurar una rápida respuesta sanitaria en caso de enfermedad pueden generar esa confianza. Confía en que también el comercio pueda reabrir pronto: «Ao mellor son moi optimista», confiesa el hostelero.