Así afecta a tu bolsillo la guerra comercial entre China y EE.UU.

Manoli Sío Dopeso
M. Sío Dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

RUNGROJ YONGRIT

La batalla de aranceles entre EE. UU. y China encarece la producción de móviles, moda o juguetes que empiezan a pagar los consumidores. La estimación: 744 euros por familia

02 jun 2019 . Actualizado a las 17:31 h.

Laura es jefa de ventas de una empresa de distribución de Vigo. Sigue, por las noticias, la guerra de los aranceles abierta entre EE. UU. y China, pero de lejos. No había reparado en hasta qué punto podría verse afectada hasta que hace unos días supo que el conflicto amenaza con impedir las actualizaciones de su flamante Huawei.

Nada que no se pueda remediar cambiando de marca de terminal, pero ese es solo un ejemplo de las consecuencias de un conflicto geoestratégico que se viene librando entre estos dos grandes gigantes de la economía mundial desde hace más de un año, y cuyo impacto ya empieza llegar a nuestros bolsillos.

Móviles más caros, zapatillas deportivas y prendas de ropa de origen estadounidense que consumimos ya han comenzado a encarecerse, después de que el presidente americano Donald Trump diera la orden de aplicar aranceles a los productos chinos. Y claro, China contestó a su manera: aplicando la misma medicina a los productos americanos, por valor de 60.000 millones de dólares. Un estudio de Peterson Institute for International Economics explica que el sobrecoste que supone a los fabricantes el pago de estos aranceles se repercutirá de forma directa en el precio juguetes, aparatos electrónicos y de la industria de la moda y el calzado.

Para echar a correr

La juguetería importada a EE. UU. (fabricada a su vez en China) se vería afectada en un su totalidad; la del calzado, en un 93 %, y el textil y la moda (complementos), en un 91%, lo que representa una subida de precios en casi la totalidad de los bienes de consumo. Un dato a tener en cuenta, el 72 % de las zapatillas que exporta EE. UU. a todo el mundo, incluido el mercado español, están fabricadas en China.

¿Cómo se traduce esto en nuestra factura de la compra? La FDRA (Footwear Distributors and Retailers of America) asegura que la zapatilla que suele costar alrededor de 49 dólares (unos 43 euros), con el arancel del 25 % pasará a costar 65 dólares (58 euros). Las deportivas de precio más elevado, las que se mueven entre los 150 y 200 dólares, podrían pasar a los 250 (unos 223 euros). Nike, el principal fabricantes estadounidense, están empezando a mover su producción a Vietnam, aunque China sigue siendo el país que domina la producción de calzado. La alemana Adidas también se lo plantea. Su compatriota Puma fabrica una tercera parte de sus productos en China y, según su CEO, Bjorn Gulden «es inevitable plantearse alternativas a la producción».

No es la única firma que lamenta esta guerra de aranceles. El CEO de Levi’s, Harmit Singh, también ha manifestado su disconformidad con la guerra de aranceles. «A largo plazo, podría tener impacto en cómo la gente considera a los productos americanos y las compañías americanas, y es algo por lo que nos deberíamos preocupar», ha dicho.

Otro buen ejemplo que amenaza a los bolsillos españoles es Apple, que ensambla en China el iPhone. Entre recargas tarifarias y riesgos de boicot comercial, podría verse obligada a elevar los precios de sus teléfonos un 14 %, según el banco JP Morgan.

El temor a la pérdida de mercado es tal, que un total de 173 compañías se dirigieron por escrito la semana pasada al presidente Trump en estos términos: «Como una industria que paga 3.000 millones de dólares en aranceles cada año, podemos asegurarte que cualquier aumento del coste de importar el calzado tiene un impacto directo en el consumidor». Tanto el FMI como el Banco Central Europeo están alertando del sobrecoste que ya está recayendo sobre los consumidores. Las cifras las ha puesto ya la Reserva Federal de EE. UU: La nueva ronda de aranceles le costará a cada hogar estadounidense medio 831 dólares (744 euros). No es difícil extrapolar el impacto que esta guerra que no ha hecho más que empezar a un bolsillo medio español.

Caen las empresas exportadoras gallegas a China y EE. UU. 

Mientras las dos principales potencias económicas del mundo libran su batalla arancelaria, las empresas que tienen intereses comerciales en ambos países empiezan a medir el riesgo, y algunas ya han optado por alejarse del peligro.

Está ocurriendo también en Galicia, en donde el número de empresas exportadoras a ambos países está descendiendo de forma evidente, como demuestra el balance trimestral de la Secretaría de Estado de Comercio. Según los datos de este organismo oficial, entre enero y marzo del 2018 Galicia tenía 231 empresas exportadoras. En este mismo período del 2019 el número ha caído a 191. El balance también es negativo respecto a EE. UU. aunque en menor medida. En el primer trimestre de este años había 276 empresas gallegas exportadoras al mercado americano., frente a las 278 del mismo período del 2018.

Los intercambios comerciales gallegos con ambos países, sin embargo, siguen creciendo. Los datos de la Secretaría General de Comercio indican para los tres primeros meses del año unas ventas al mercado chino de 54,4 millones de euros (41,7 millones en el 2018). Las exportaciones a EE. UU. experimentaron un repunte importante al pasar de los 97,9 millones en el primer trimestre del 2018 a 153,1 millones en los tres primeros meses del 2019, lo que indica que, aunque el número de empresas exportadores es menor, el valor de las compras gana dimensión.

Esto provoca que la balanza comercial con ambos países, la diferencia entre exportaciones e importaciones, se desequilibre para los intereses gallegos, porque Galicia compra más de lo que vente a estos dos países y, en consecuencia, sufrirá un mayor impacto de la guerra arancelaria.

Es lo que recoge la estadística, según la cual, el mercado gallego compró productos fabricados en China por valor de 317,9 millones en los tres primeros meses del año frente a los 238,8 millones del 2018. Las compras a EE. UU. sumaron 126 millones, frente a los 108 de hace un año.