El triunfo de la gasolina sobre el diésel dispara la recaudación fiscal en Galicia

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Oscar Vazquez

Las matriculaciones gallegas incrementan más de un 46 % su aportación al fisco

24 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Mientras las ventas de vehículos se desploman, y la incertidumbre sobre qué coche comprar se adueña del mercado, Hacienda aprovecha para hacer caja a través del impuesto de matriculación, que alcanza cifras récord de recaudación en Galicia.

Este gravamen es uno de los gastos que acarrea la compra de un automóvil nuevo. Se paga solo una vez, no como la tasa de circulación o el impuesto de vehículos de tracción mecánica, que se abona cada año en el ayuntamiento en el que está censado el vehículo. Desde el año 2008, la cantidad a pagar por este tributo depende exclusivamente del volumen de emisiones contaminantes del coche, que de media son más altas en los turismos con motor de gasolina (121 gramos de CO2 por kilómetro) que en los que utilizan gasoil (119 gramos). Los modelos híbridos y eléctricos, considerados medioambientalmente limpios, no tributan.

Y esta es la clave que explica en buena medida el repunte de recaudación de la Agencia Tributaria, un fenómeno que va ligado directamente al vuelco del mercado gallego, que se ha decantado mayoritariamente hacia los modelos de gasolina (27.108 unidades al cierre del 2018, frente a las 25.877 con motor diésel).

Más CO2, más impuestos

El resultado es que el impuesto de matriculación que pagan los gallegos supuso el año pasado más de 21,2 millones de euros (513 millones en toda España), una cifra que es un 46 % más elevada que la registrada en el 2017 (14,46 millones de euros), según los datos publicados este martes por la Agencia Tributaria.

Se trata del mayor aumento desde que hay registros. Fuentes del sector puntualizan que el 2018 también fue un año de récord de ventas, lo cual incide en el repunte, pero aclaran estas fuentes que la estadística de Hacienda refleja que el crecimiento de las ventas se localizó mayoritariamente en las gamas de vehículos que emiten más de 120 gramos de CO2 por kilómetro. Por debajo de ese baremo no pagan al fisco, y por encima se sitúan todas las gamas medias y altas de vehículos de gasolina.

La prueba es que la recaudación tributaria de los nuevos modelos de gasolina matriculados en Galicia el año pasado ascendió a casi 11,3 millones de euros, un 14 % más que la de los vehículos diésel, que aportaron 9,8 millones a las arcas del Estado.

El sector del automóvil cita otros dos factores que han incidido en el aumento de la recaudación fiscal a través de esta tasa: la moda de los todoterrenos urbanos (SUV), de más cilindrada, y el nuevo protocolo para medir las emisiones, que entró en vigor en septiembre del 2018, aunque el Gobierno decidió aplazar hasta el 2021 el grueso del impacto fiscal que lleva aparejada esta nueva norma.

La moratoria aplicada supone un descenso de la subida del impuesto de matriculación del 20 al 5 %.

Fabricantes y vendedores aseguran que si el nuevo protocolo de emisiones WLTP se llegara a aplicar a partir del 1 de enero del 2019, como estaba previsto inicialmente, los vehículos de nueva matriculación se habrían encarecido una media de entre 1.000 y 1.500 euros. La razón es que el nuevo método para cuantificar de forma más real las emisiones tiene en cuenta no solo el comportamiento en laboratorio, sino también en situación real, en carretera, en donde se reflejan los verdaderos niveles que Hacienda tiene en cuenta para fijar la tributación.

La subida del gasoil será de 4,6 céntimos por litro, no de 3,8

Una de las medidas de mayor impacto ciudadano que incluyen los Presupuestos Generales del Estado que el Gobierno trata de sacar adelante es la retirada de la bonificación fiscal al combustible que consumen los vehículos diésel.

Este cambio entra dentro de las iniciativas en materia de fiscalidad verde, que, según los cálculos del Ejecutivo, aumentarán los ingresos en 670 millones.

Según el proyecto de Ley de Presupuestos, la revisión fiscal supondrá el encarecimiento del gasoil en 3,8 céntimos por litro. Pero en realidad la subida será mayor. A los 3,8 céntimos por litro hay que sumar el impacto del IVA (21 %) abonado por los consumidores de gasoil, lo que elevará a 4,6 céntimos por litro el coste real de esta medida.

Esto echa por tierra los cálculos del Gobierno, que estimó que esta subida tendrá un coste de alrededor de 36 euros para un consumidor medio (15.000 kilómetros al año, y que tenga un vehículo con una antigüedad media); y eleva el impacto a cerca de 50 euros al año.

Este incremento repercute directamente sobre los conductores particulares, que, según la DGT, rondan los 13 millones en España. Un 5 % de este parque automovilístico afectado por el nuevo gravamen está matriculado en Galicia. Esta proporción eleva el número de perjudicados por la subida del diésel a más de 650.000 conductores gallegos. Falta ahora por ver si el incremento también impactará sobre los profesionales, es decir, el gasoil de uso profesional y el bonificado.

Exenciones a transportistas

El Gobierno mantiene que «se están estudiando las singularidades de cada sector para poder discriminar», pero ahí se queda. La máxima responsable del departamento de Hacienda, María Jesús Montero, en su comparecencia hace unos días para explicar los Presupuestos dejó una puerta abierta a una posible modificación de la directiva, si bien midió en extremo sus palabras al asegurar que la Agencia Tributaria está estudiando «si hay fórmulas» para monitorizar cuándo se usa uno de estos vehículos con fines profesionales y cuándo se hace para fines personales. El objetivo es evitar fraudes en la posible aplicación de la exención al carburante: «Es difícil controlar cuándo usan estas personas su vehículo para su vida cotidiana y cuándo para su trabajo», aseguró.