Tres tecnológicas gallegas se asocian a Boeing para desarrollar drones en Rozas

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Uno de los drones de Indra, en proceso de desarrollo en el aeródromo lucense de Rozas.
Uno de los drones de Indra, en proceso de desarrollo en el aeródromo lucense de Rozas. OSCAR CELA

Centum, Televés y Gradiant constituyen un consorcio que liderará la aeronáutica

04 dic 2018 . Actualizado a las 17:26 h.

El constructor aeronáutico Boeing se instalará en Galicia para desarrollar sistemas de seguridad aérea, pero no lo hará en solitario, sino en consorcio con tres empresas tecnológicas especializadas en sistemas de telecomunicaciones.

Las firmas gallegas Centum, Televés y Gradiant son socias del proyecto que estará tutelado desde el Centro Europeo de Investigación y Tecnología de Boeing (Boeing Research & Technology-Europe o BR&T-E).

Este consorcio dispondrá de 10,5 millones (4 millones puestos por el grupo aeronáutico, a los que hay que sumar 6,5 millones de la Xunta) para encontrar soluciones tecnológicas a los retos en materia de seguridad que ya está generando el despliegue de los aviones autónomos en los espacios aéreos compartidos con la aviación convencional.

En la sociedad entran también la firma madrileña Soticol Robotics y la Universidade de Vigo, que realiza una investigación académica puntera en aspectos relacionados con las tecnologías del proyecto.

Las firmas gallegas que acompañan a Boeing no son socios menores. Gradiant (Centro Tecnológico de Telecomunicaciones de Galicia), con sede en Vigo, trabaja desde hace años en sistemas de navegación y posicionamiento de aeronaves no tripuladas. Tiene patentes en tecnología de localización de personas extraviadas mediante la combinación de telefonía móvil y drones. Y entre sus innovaciones con mayores perspectivas de mercado destaca un sistema que logra detectar, identificar y derribar, si es preciso, aeronaves no tripuladas que se encuentren operando en situación de ilegalidad o que supongan una amenaza para las personas.

En este campo de seguridad antidrones trabaja también Centum, una empresa con sede en Vigo especializada en tecnologías punteras en el campo de las comunicaciones para gestión y seguridad del tráfico aéreo. Y en la misma línea trabaja Televés, firma compostelana especialista en servicios de telecomunicaciones y en la fabricación y comercialización de sistemas de recepción y distribución de señales de televisión y radio.

«Hemos hecho un gran esfuerzo para presentar una opción competitiva y atractiva para Galicia y su industria local», dijo este viernes José Enrique Román, director general de Boeing Research & Technology.

Según explicó la adjudicataria del proyecto, el consorcio liderado por Boeing ha adquirido el compromiso de formar en aeronáutica a estudiantes para que los drones tengan un «alto impacto» en Galicia.

JAIME DE RÁBAGO, PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE TECNOLOGÍA DE DEFENSA, AERONÁUTICA Y ESPACIO

«Galicia ya es un referente en el sector aeroespacial»

Jaime de Rábago es presidente de Tedae (Asociación Española de Tecnologías de Defensa, Aeronáutica y Espacio), la gran patronal del sector, desde enero de este año. Hace unos días estuvo en Vigo y, en el Círculo de Empresarios de Galicia, afirmó con rotundidad que «la industria gallega tiene aún mucho que decir en el sector».  

-¿Qué peso tiene Galicia en el sector aeroespacial español?

-Galicia ya tiene un lugar destacado en el conjunto de la industria aeroespacial y de defensa de España. Casi el 2 % del volumen total de la facturación de los cuatro sectores de Tedae corresponde a empresas gallegas tan dinámicas como Delta Vigo, Coasa, Centum, Altran, Urovesa, Navantia o Segula. Es una comunidad que está adquiriendo protagonismo creciente, y en buena medida gracias al impulso conjunto de empresas, universidad y Xunta. Además, el sector cuenta con dos polos tecnológicos de referencia, como el Centro gallego de Innovación Aeroespacial (Cinae) y el Centro de Investigación Aerotransportada de Rozas (CIAR), en Lugo. Sin olvidar la importante actividad en investigación del grupo aeroespacial de la Universidade de Vigo. Hay un tejido muy consistente.

-El sector de los aviones no tripulados está en auge. Galicia está haciendo una apuesta muy fuerte. ¿Tenemos potencial para ser un referente en drones?

-Sin duda, el potencial es enorme. Ese impulso decidido de empresas, universidad y Xunta al que me acabo de referir está convirtiendo a esta comunidad en una referencia de primer nivel en aeronáutica, y muy en especial en el desarrollo y fabricación de aviones no tripulados, que es un mercado con enorme potencial de crecimiento. Proyectos de aeronaves no tripuladas, como Targus o Lumes se sitúan en la vanguardia tecnológica para la lucha contra incendios o la protección del medio marino.

-La aeronáutica española , Galicia incluida, debe buena parte de lo que es a Airbus. ¿Esa dependencia es buena?

-La alta participación de nuestras empresas en los programas internacionales de Airbus ha permitido desarrollar una sólida base industrial aeronáutica en España. Ha actuado de empresa tractora de otros proveedores de estructuras, equipos o materiales, y los ha capacitado tecnológicamente para trabajar también para otros grandes fabricantes como Boeing, Bombardier o Embraer. La presencia de Airbus en España nos permite decir con orgullo que la mitad de los aviones de más de cien plazas que hay en el mundo vuelan hoy con tecnología española y gallega

-¿En qué es buena la industria española, dentro de este sector?

-España es actualmente uno de los pocos países con capacidad para diseñar y fabricar un avión de principio a fin, compitiendo con Francia, Alemania, el Reino Unido o Italia. Nuestras empresas tienen presencia en todos los segmentos de fabricación, ingeniería y mantenimiento de una aeronave, y destacamos en aeroestructuras, propulsión, equipos y sistemas.

-¿Qué previsiones de crecimiento de la industria aeronáutica en España manejan en la Tedae?

-Las previsiones de crecimiento son muy favorables para el transporte aéreo. Se sitúan en el 4,4 % anual en las próximas dos décadas, y diversas estimaciones calculan que en el 2035 se necesitarán más de 30.000 nuevas aeronaves comerciales. Serán aviones de menor peso que estarán dotados con mayores avances tecnológicos. Y también equipos de gestión del tráfico aéreo. Nuestras industrias están en buena posición para abordar con razonable optimismo el futuro.