El plan forestal de la Xunta se topa con la oposición de una gran parte del sector maderero

La Xunta no lo tendrá fácil a corto plazo para sacar adelante uno de los programas estrella prometidos para esta legislatura: el ansiado plan forestal. Un documento que, al menos por ahora, cuenta con la oposición de una gran parte de la cadena de la madera, pero sobre todo de la industria. El documento de Medio Rural, que prevé una inversión de 600 millones en 20 años y que se dupliquen en ese período las cortas de madera, no convence al sector.

Son muchas las críticas a la propuesta. La primera, que un plan forestal a 20 años debe estar consensuado con todas las fuerzas políticas para que su vigencia no dependa de los cambios de Gobierno. La industria también se opone al decreto del eucalipto, al entender que una eucaliptización de Galicia no es posible, ya que la legislación previa ya establece unas limitaciones a la expansión del cultivo de esta especie, y que, por tanto, el nuevo decreto perjudica a propietarios de zonas que podrían obtener una renta.

Desde una parte del sector maderero, además, consideran que un plan forestal no puede desentenderse de las medidas fiscales que son necesarias para poder agrupar parcelas. Y consideran también que no puede carecer de inventario forestal, es decir, saber qué se tiene y adónde se quiere llegar. La cadena de valor se reunirá el próximo 26 de enero en Santiago para consensuar una propuesta y ponerla en conocimiento de la Xunta.

Medio Rural admite que el consenso de todos los actores es necesario para sacar adelante el proyecto, asegura que está abierta a escuchar todas las sugerencias, pero advierte que un plan forestal debe atender las necesidades de todos los eslabones de la cadena de valor, desde el propietario hasta las industrias transformadoras.

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