El mercadeo de cargos ejecutivos lleva tiempo al alza. Aunque el de la presidencia del Eurogrupo tiene una mayor proyección pública y garantiza una gran visibilidad, el asiento en el BCE puede tener más interés estratégico para el Gobierno español, empeñado en recuperar poder decisorio a las puertas de la gran reforma que se acerca en la eurozona. El desembarco del ministro De Guindos en el BCE podría obligar a Rajoy a rediseñar su Ejecutivo. Es el gran inconveniente para la Moncloa.