Navantia se acerca al abismo económico

Beatriz García Couce
beatriz couce FERROL / LA VOZ

ECONOMÍA

José Pardo

Los trabajadores advierten de que las pérdidas pueden superar los 300 millones, duplicando así las del 2015

24 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Oficialmente no habrá cuentas hasta el cierre del balance, a partir del próximo mes, pero la situación económica de Navantia ha disparado el termómetro de la preocupación en el seno de la empresa. En las últimas semanas, portavoces políticos de Ciudadanos y del PSOE advirtieron de que los astilleros públicos podrían haber cerrado el 2016 con unas pérdidas cercanas a los 200 millones de euros, pero ayer el presidente del comité de empresa de la planta ferrolana, Javier Galán -que también es portavoz de la coordinadora sindical de toda la compañía- elevó esa previsión hasta los 300 millones. En resumen, casi el doble de los números rojos anotados un ejercicio antes (con 170 millones en negativo), con los que se batió el récord de pérdidas de la compañía.

Aunque Navantia elude pronunciarse hasta que se aprueben oficialmente las cuentas, en el balance económico del primer semestre del pasado año ya se avanzaba que el agujero económico crecería. Reflejaba una sangría de 70 millones de euros y ponía el foco expresamente en el negocio civil, en contratos como el flotel para la compañía mexicana Pemex y los petroleros del tipo Suezmax para la naviera vasca Ondimar. No obstante, no aclaró qué porcentaje de esos números rojos pueden achacarse al mercado civil, en el que los márgenes de rentabilidad son más delgados que en el militar.

Subactividad y subcontratación

Javier Galán achacó gran parte de la ruina económica de la empresa a la elevada subactividad y a la excesiva subcontratación de la que hace gala la firma pública. Con un escenario en el que al menos los próximos cuatro meses apenas si habrá faena para las plantillas directas de Ferrol y Fene, y con un panorama de pérdidas económicas acentuadas, el portavoz de los trabajadores afirmó que «nos tememos que poida pasar algo bastante desagradable». Se refiere a la posibilidad de que la empresa plantee un ajuste, después de manifestar sus temores de que el presidente de la compañía, José Manuel Revuelta, tenga la encomienda de desmantelar la empresa pública.

Aunque los astilleros españoles han transitado con frecuencia en la senda de los números rojos -desde la creación de Navantia, únicamente en el 2007 registró beneficios-, la espiral del hundimiento económico no ha dejado de acentuarse, principalmente en los últimos ejercicios. Así, en el 2014 se contabilizaron 28 millones en negativo; solo un año después se multiplicaron hasta los 140, que subieron hasta los 172 en el 2016. Responsables de Navantia han asegurado en reuniones internas en la compañía que mientras que la estructura de costes en los astilleros se ha mantenido estable, el negocio no ha dejado de caer, aunque aquellos que cuestionan la gestión económica de los últimos años recuerdan que las contrataciones se han reactivado.

De hecho, la empresa ha superado el bache de la ausencia de pedidos de hace cuatro años. Ferrol empezará en verano dos barcos para la Armada de Australia y Fene, 42 torres eólicas.

Una penalización de cinco millones por los retrasos en el flotel de Pemex

Los trabajadores de Navantia Ferrol también denunciaron ayer públicamente las penalizaciones a las que tiene que hacer frente la empresa pública por los retrasos en la construcción del buque flotel para Pemex. Javier Galán cuantificó esa multa en cinco millones de euros y achacó esa desviación en el contrato al cambio del modelo organizativo impuesto por la cúpula de la compañía precisamente con la fabricación de este barco.

Además, anunció que las previsiones que les han trasladado apuntan a que la plataforma, que estará destinada en el golfo de México, aún permanecerá al menos otros 60 días en la antigua Bazán. Se repite así lo sucedido con el flotel de Barreras, que después de su entrega también se quedó en las instalaciones durante varias semanas.

Los representantes de los trabajadores llevan meses pidiendo el cese del presidente de la compañía, José Manuel Revuelta, al que acusan de estar al frente de una «dirección inútil, caciquil y dictatorial». Ayer dieron una nueva vuelta de tuerca a esas críticas y reprocharon el excesivo peso de la subcontratación en el desarrollo de las distintas obras.

Carga de trabajo

Los trabajadores también han manifestado su preocupación por la ausencia de carga de trabajo en algunos astilleros de la compañía, como el de Fene y el de San Fernando y dijo desconocer si se produjo algún tipo de avance para la firma del contrato para la construcción de cinco corbetas para la Marina de Arabia Saudí.

Movilización ante la sede de Hacienda

Los trabajadores de Navantia retomaron ayer las protestas en la calle, con una manifestación desde el astillero ferrolano hasta la sede de Hacienda, en donde les esperaba un fuerte despliegue policial. Los sindicatos reclaman una reunión con responsables del gabinete de Montoro, que tiene que dar luz verde al abono de distintas cantidades pendientes, que habían sido recortadas en el último convenio colectivo, texto que fue tumbado a finales de año por el Tribunal Supremo