«Tiro de velas y la estufa solo la pongo para vestirnos»

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

XOÁN CARLOS GIL

Una viguesa con tres hijos tiembla ante la llegada de la próxima factura, como otros miles de gallegos

29 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Merchi Pérez es una viguesa con tres hijos a la que desahuciaron el pasado verano. Ahora reside en Moaña, donde la Xunta le facilitó un piso de alquiler social por el que paga 67,51 euros al mes.

Tiene tres avisos de corte de electricidad y ya no sabe qué hacer para bajar el recibo. «Para ahorrar tiro de velas, como todo el mundo, y la estufa la pongo solo un momento por la mañana para vestirnos», explica. Pese a ello, paga sobre 30 euros.

Ahora está a la espera de que la Xunta le conceda una ayuda antes de que se materialice el corte de la electricidad. «Fui a solicitarla, pero tuve que esperar tres semanas a que colgaran en Internet la convocatoria porque no está siempre, la quitan y la ponen. Además solo abonan dos meses y por un máximo de 200 euros, según me informaron», apunta.

Con la subida del recibo tiene claro que no podrá asumirlo y no sabe qué va a hacer. «Es un nuevo varapalo para mí y para muchas familias que aún están peor que yo», dice.

Sus ingresos son los 426 euros de ayuda familiar por tener hijos a su cargo y 125 de la pensión alimenticia de la hija pequeña, de 7 años. Con esos 551 euros tiene que pagar el seguro del coche (150 cada tres meses) con el que se desplaza a diario a Vigo para llevar a su hija al colegio. Su expareja no le ha permitido cambiar a la niña a un centro de Moaña, según explica. A este gasto se suma el de la gasolina, dos bombonas al mes, comida, agua y electricidad.

MIGUEL VILLAR

Hay inquietud en las familias y también en las empresas. Como la de Odilio Rodríguez, gerente del grupo Alaska, una compañía de congelados del mar de Ourense. En su negocio todo funciona gracias al frío -tienen enormes cámaras a una temperatura constante de 20 grados bajo cero- y para conseguirlo hace falta mucha electricidad. «A mí lo que está pasando me perjudica mucho porque en esta empresa ya pagamos habitualmente 10.000 euros de electricidad cada mes. Si ahora vamos a tener que afrontar una nueva subida, no sé qué va a pasar», advierte el empresario, que reconoce que no puede ahorrar en nada «porque aquí todas las máquinas que están encendidas son necesarias para el trabajo que realizamos». Molesto por lo que está pasando, asegura que este tipo de situaciones «son un paso atrás para la recuperación económica que estábamos consiguiendo con mucho esfuerzo y mucho trabajo después de la crisis que hemos vivido», y lamenta que nadie sea capaz de intervenir para frenar las subidas de precios en la electricidad.

Manuel Fernández

Xosé Manuel Fernández es uno de los responsables de un aserradero de maderas ubicado en el municipio lucense de A Fonsagrada. Un negocio, convertido en cooperativa, que lleva 20 años en funcionamiento y que da empleo a ocho personas. Esta actividad depende directamente de la electricidad y por lo tanto es de los negocios más afectados cuando se incrementa la factura de la luz. «Dependemos da electricidade ao 100 %. Para nós, a suba do recibo é moi sensible. Fai dez anos pagábamos entre 700 e 800 euros, agora entre 1.800 e 1.900», relató este responsable del aserradero, quien recordó que el sector maderero está en un momento delicado y el tarifazo eléctrico les viene como un jarro de agua fría.

En este aserradero ya tuvieron que asumir la decisión del Gobierno de la subida del precio del término de potencia. Ahora, con otro incremento más en la factura de la luz, la situación no va a ser fácil. «Temos tres secadoiros que funcionan día e noite, as 24 horas. A maiores contamos coa fábrica de tarimas e co serradoiro», indicó Xosé Manuel Fernández, quien calificó esta nueva subida de la luz como una medida muy negativa para la actividad empresarial.

Información elaborada por María Jesús Fuente, Marta Vázquez y Tania Taboada.