La respuesta de Volkswagen: indemnizaciones para los estadounidenses, plástico para los europeos

A. Pardo / M. P.

ECONOMÍA

MIKE BLAKE | REUTERS

La compañía se niega a ofrecer a los clientes europeos las mismas compensaciones llevadas a cabo en Estados Unidos por el caso de los coches trucados

16 ago 2016 . Actualizado a las 18:39 h.

Los propietarios estadounidenses de un Volkswagen manipulado recibirán varios miles de dólares por parte de la empresa, en compensación por los daños sufridos. Sin embargo, la firma automovilística ya ha confirmado que, con los europeos, este comportamiento no se repetirá. En lugar de la indemnización y de las múltiples opciones que la compañía le ofrece a los afectados de Estados Unidos, la empresa realizará una actualización de software a los vehículos de Europa perjudicados por el programa informático que sorteaba los límites de emisiones contaminantes, añadiéndoles, en algunos casos, unos tubos de plástico para mejorar el motor.

Pero, ¿cuál es el motivo de unas respuestas tan diferentes? Tal y como cuenta el diario The New York Times, el contraste en el trato de la compañía en función del lado del charco en el que se encuentre se debe principalmente a la disparidad de las legislaciones. Mientras que las leyes estadounidenses protegen a los consumidores, las europeas se inclinan más hacia las empresas, escudándolas ante las demandas colectivas de los compradores descontentos. La mayor parte de la lesgislación en Europa dificulta este tipo de acciones a gran escala, como las que en Estados Unidos terminaron con el pago de 15 millones de dólares por parte de la compañía. Del mismo modo, la prohibición en muchos países europeos del trabajo a comisión de los abogados se convierte también en otra traba en esta clase de casos, exponiendo a los clientes que denuncian al riesgo de pagar, no solo sus gastos legales, sino también los de la parte demandada si pierden.

Ante estos preceptos, Volkswagen se ha mostrado tajante con los propietarios europeos. «No hay base legal para reclamaciones», ha declarado la empresa en un comunicado, rechazando cualquier tipo de negociación y manteniéndose en sus asimétricos protocolos de actuación. En Estados Unidos, la firma permitirá a los propietarios escoger entre dos posibilidades: revenderles el vehículo por el precio que tenía antes del escándalo o actualizar el software, recibiendo en cualquier caso una indemnización de hasta 10.000 dólares. En Europa, en cambio, no habrá compensación de ningún tipo. Y tampoco habrá opción de reventa, una oferta que no puede realizarse debido a que, según la compañía, los motores diésel han perdido valor en el lugar. Por ello, todo lo que recibirán los damnificados será la adecuación del automóvil a los límites contaminantes, una opción que incluirá en ocasiones la instalación de un plástico tubular «transformador de flujo», diseñado para mejorar el flujo de aire en el motor y para disminuir las emisiones.

Estas polémicas reparaciones ya han comenzado en Alemania y, según Volkswagen, no suponen ninguna reducción en el rendimiento o el ahorro de combustible. Sin embargo, son varias las personan que han disentido con la compañía. Un ejemplo es Jürgen Franz, un ejecutivo de publicidad retirado en Munich, cuyo deportivo Tiguan ha sido actualizado. El cliente, que conduce la misma ruta cada mañana, ha afirmado que, tras la modificación, se ve obligado a llenar el tanque con más frecuencia, lo que evidentemente supone un incremento del dinero que invierte en su coche.

El escándalo de Volkswagen se desencadenó el año pasado, cuando se descubrió que la empresa había manipulado sus vehículos para que pasasen las pruebas oficiales de emisiones. Ahora, y frente a las compensaciones dadas en Estados Unidos, tanto la UE como los varios millones de afectados de Europa están luchando para tratar de recibir una indemnización justa. Para ello, muchos clientes se están sumando a páginas como My-right.de o Weclaim.com, un tipo de webs que aprovechan un vacío legal para trabajar a comisión, de manera que los propietarios no tengan que pagar nada si la demanda no termina en éxito.